Marcelo Barotto, presidente electo de la UCR de Villa María, escribió a la Redacción de EL DIARIO su mirada sobre el Gobierno del austero radical derrocado. Aquí una síntesis de esa carta
“Hoy se cumplen cinco décadas del derrocamiento de Arturo Umberto Illia (foto), presidente de los argentinos, elegido por el voto popular el día 7 de julio de 1963, asumiendo tan alta responsabilidad el 12 de octubre de ese año. Tres años después – el 28 de junio de 1966- un golpe de Estado encabezado por militares, acompañado por algunos civiles y sindicalistas, que se tildaron de iluminados, perpetraron un gran atropello a las instituciones de la República, a la Constitución, despojándolo del mandato conferido por las urnas”, indicó Barotto.
“Las razones que esgrimieron los golpistas de aquel momento, fue su incapacidad y lentitud para la toma de decisiones. Los hechos históricos y el tiempo transcurrido han demostrado que fue un gobernante eficiente, austero, honrado, transparente. Situación que contrasta, en estos días, con una realidad totalmente distinta, donde la corrupción e impunidad tienen su precio y eslogan propio: ‘Roban pero hacen’”.
Don Arturo hizo y no robó. Durante sus tres años de Gobierno, al frente del Poder Ejecutivo Nacional, se sancionó la Ley del Salario Mínimo, Vital y Móvil. El PBI y el Producto Externo Industrial crecieron a altas y significativas tasas. Bajó la desocupación, fomentó la Industria nacional, impulsó la explotación del petróleo y los recursos estratégicos por parte del Estado. Puso en marcha un amplio plan de alfabetización y destinó una importante suma del Presupuesto nacional a la educación. Su política en este tópico, ha sido elogiada y reconocida por el incremento anual, año tras año. Arrancó con un 10% en 1963 y dos años después (1965) estaba en el 23%”, remarcó.
Illia nació (1900) en Pergamino y estudió Medicina en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Ya graduado, se radicó en la localidad cordobesa de Cruz de Eje, donde se desempeñó como médico ferroviario.
“Por sus conocimientos y experiencia profesional, junto a su ministro de Asistencia Social y Salud Pública, doctor Oñativia, impulsó y logró la sanción de las leyes 16.462 y 16.463, llamada ‘Ley de medicamentos’, en el primer año de gestión (1964), las que establecieron una política de precios y control de medicamentos, congelando los mismos a los valores vigentes a fines de 1963, imponiendo topes al pago de regalías al exterior y compra de insumos. Los fundamentos: ‘Los medicamentos no son una mercadería común’, dijeron los hombres de la Unión Cívica Radical, y agregaron ‘su falta pone en riesgo la vida humana, por eso son bienes de interés social’ ”, enfatizó Barotto.
“La historia lo ha colocado como un grande de la política nacional y latinoamericana, fue un correligionario ejemplar por su condición de político, de patriota y de hombre público”, concluyó el presidente electo de la UCR de Villa María.
