Escribe Juan Pablo Morre
Con el estilo que lo caracteriza y una contundencia clave para ser protagonista, Unión Central logró anoche una victoria (3-1 ante River) que lo depositó nuevamente en lo más alto de la disputada Zona Centro del Torneo Apertura que organiza la Liga Villamariense de Fútbol.
Los tres puntos del equipo de calle Rucci le permitieron superar a todos los que habían festejado el viernes, marcando la vieja frase “el que ríe último, ríe mejor”, como el corolario de una fecha desdoblada.
En una etapa inicial de mínimas situaciones y equilibrada, River quiso adueñarse del control del partido, volcando sus avances por la derecha de su ataque y clarificando el juego con Fonseca en zona media, pero fue Unión quien abrió el marcador, con una eficacia absoluta.
A los 14 minutos, aprovechando un grosero error individual de la última línea del rival, el veloz Joaquín González quedó cara a cara con el arquero López y definió rasante para darle la ventaja a su equipo.
A partir de allí, Unión cubrió correctamente los espacios en campo propio y dejó venir a un irresoluto River (la más peligrosa fue un tiro de lejos de Angeloni que desvió al córner Alaniz) para brindarle espacios en ofensiva a su movediza dupla de ataque. Dicha disposición estratégica le resultó porque Porta y Solís se mostraron sólidos atrás, mientras que la rapidez de González siempre fue una señal de alerta para el fondo millonario.
Despierto y contundente empezó Unión el complemento, ampliando la diferencia en el marcador con un golazo de Tadeo Bonaveri a los dos minutos (remate de media vuelta desde 25 metros).
Con la conquista aurinegra, River sintió el impacto anímico y vivió su peor momento en el trámite, al punto que el visitante le generó oportunidades claras para concretar una goleada, además de ratificar el resultado parcial.
De igual modo, pasado el primer cuarto, el local salió de su lapso de confusión y arribó con peligrosidad sobre el arco rival, aunque se encontró en primer momento con un seguro Dante Alaniz, llegó al descuento con el tanto del recién ingresado Matías Sánchez (22′).
Con ese gol, y un River acumulando gente en ofensiva, el trámite ganó en emoción, fricción y con situaciones más constantes de gol, primordialmente del club de calle Rucci, que desperdició chances nítidas. Por lo que le tocó sufrir, pero soportó bien el empuje millonario, que insistió hasta que el arquero López vio la roja por infracción de último recurso, y en la siguiente Luis Demichelis facturó el 3 a 1 final.
