Se trata de Matías Torres, a quien se le atribuye el “homicidio calificado” de Walter “Paty” Pérez, ocurrido hace dos años en un negocio que estaba ubicado sobre la exruta pesada. Ayer declararon cinco testigos y hoy harán lo propio otros cuatro
La Cámara del Crimen de Villa María, conformada con un jurado popular, comenzó a juzgar ayer a Matías Severiano Torres (23), un villamariense que está acusado de haber asesinado a mazazos a Walter Ramón Pérez (52), más conocido como “Paty”, la noche del 2 al 3 de junio de 2015 en un bar de la exruta de tránsito pesado.
Torres comparece imputado como presunto autor de “homicidio calificado por el vínculo”, un delito que tiene como única pena la prisión perpetua, aunque también se le atribuye un hecho de “robo calificado” por uso de arma blanca, ocurrido el 11 julio de 2014 en Arroyo Cabral.
La calificación legal del hecho más grave obedece a que, según el fiscal Daniel Del Vö, que instruyó la causa, víctima y victimario mantenían una relación de pareja y, por esa razón, se trató de un crimen “agravado por el vínculo”.
En esta primera audiencia de debate, Torres negó haber sido novio de Pérez, dijo que le alquilaba una habitación ubicada a la par del negocio situado en Intendente Maciel 982 y se defendió declarando que fue aquel quien lo amenazó con un arma de fuego para exigirle que mantuvieran relaciones sexuales si quería que le diera de comer.
“Si querés comer…”
En efecto, el joven villamariense sostuvo que el dueño del bar, donde también servía almuerzos y cenas, intentó abusar sexualmente de él y que para eso le apuntó con un revólver y le dijo: “Si querés comer, primero me vas a tener que co… sin forro”.
Torres añadió que, en esas circunstancias, movió uno de sus brazos y le hizo caer el arma a Pérez; seguidamente, se fue hasta el asador, tomó una maza de albañil (de unos dos kilos de peso) que había allí, volvió y se “defendió” asestándole varios golpes en la cabeza.
De acuerdo con las pericias médicas, el propietario del bar recibió al menos 10 mazazos en el cráneo, que le ocasionaron una profusa hemorragia y la muerte en pocos minutos.
Poco después de ocurrido el hecho, Torres se apoderó del dinero que había en la caja registradora y del teléfono celular de “Paty” y se dio a la fuga “porque tenía mucho miedo”. Asimismo, dijo que momentos más tarde se comunicó con Brenda Cecchini, una joven cabralense con la que mantuvo una relación sentimental, y le dijo que había matado a Pérez porque quiso abusar de él.
Pedirá perpetua
En la presentación del caso, a poco de iniciado el juicio, el fiscal Francisco Márquez adelantó que sostendrá la acusación y que, por ende, pedirá la pena máxima para Torres, mientras que la abogada defensora, Liliana Beatriz Domenella (de Villa Carlos Paz), sostuvo que su cliente cometió el crimen bajo un estado de emoción violenta y que actuó en defensa propia para evitar ser abusado sexualmente.
El tribunal que juzga el sangriento episodio está integrado por los camaristas René Gandarillas (presidente) y Félix Martínez, a los que se sumó la jueza de Menores, Inés Mariel, mientras que la secretaria actuante es Gabriela Sanz.
Ayer, cinco testigos
Tres policías, la exnovia de Torres y la madre de la joven prestaron declaración testimonial durante la primera audiencia y para hoy, a partir de las 9, está previsto que hagan lo propio otros cuatro testigos convocados por la Defensa y el médico forense local Gustavo Rodríguez, en este caso a pedido del fiscal de Cámara.
Los efectivos policiales que comparecieron son los oficiales Diego Gallo, Maximiliano Funes y Gabriel Chiaraviglio. El primero, integrando la Patrulla Preventiva, fue el primero en llegar al lugar del crimen y dijo que, al realizar una inspección ocular, no encontró ningún revólver en el suelo, al lado del cadáver de Pérez, como declaró Torres.
En tanto, el comisario Funes declaró en relación a la detención de Torres, que se practicó 24 horas después del homicidio, mientras se encontraba en la Terminal de Omnibus de Córdoba, mientras que su par Chiaraviglio dijo que conocía a “Paty” desde hacía mucho tiempo y que le había pedido que le diera trabajo a Torres para ayudarlo, porque tenía problemas por su adicción a las drogas.
También declararon la ya mencionada Brenda Cecchini, exnovia del homicida, y la mamá de la joven, Jaqueline Avendaño, quien al igual que su hija se enteró por el propio Torres de lo que había pasado con Pérez.
Asalto en Cabral
El otro hecho delictivo que se le atribuye al joven que está sentado en el banquillo de los acusados es un asalto que tuvo como víctima a Nieves Santiago Neira (72), quien fue despojado de dinero en efectivo luego de ser amenazado con un cuchillo.
Ocurrió en Arroyo Cabral, el 11 julio de 2014, y Torres está imputado como presunto coautor de “robo calificado por uso de arma blanca”, agravado por la participación de menores.