
Lautaro Chialvo y Pablo Villarruel están a cargo de dos disciplinas que combinan la destreza física con el arte en espacios al aire libre

Entre las opciones gratuitas con las que cuenta el programa municipal “Ser Arte y Parte” para este año se destacan los novedosos talleres de “parkour” y “slackline”, dos disciplinas que combinan la destreza física o acrobática dentro de una composición estética en espacios preferentemente al aire libre.
Desde que se abrieran a fines de marzo las inscripciones para sendas propuestas, impulsadas por la Subsecretaría de Cultura, se han integrado alrededor de 40 niños y adolescentes (era el máximo de cupos), que asisten dos veces por semana (martes y jueves de 16 a 18), a las prácticas desarrolladas en las inmediaciones del Centro Cultural Leonardo Favio, en Sabattini al 200.
“El parkour se trata de una disciplina que busca superar los medios naturales y urbanos, como objetos, vallas o paredes, haciendo que puedas moverte con más facilidad en todos los espacios”, explicó Lautaro Chialvo, uno de los talleristas a cargo de la novedosa iniciativa, a la que van chicos y chicas desde los 7 años hasta los 12, aunque también está abierto para la participación de adolescentes hasta los 19.
Lautaro, que comenzó a practicar el parkour hace cuatro años, comentó que “se trabaja con determinadas técnicas y se van aprendiendo trucos. Empecé por el lado de las acrobacias y después conocí a dos chicos más que me enseñaron otras técnicas”, agregó. Por otra parte, señaló que profundizó más asistiendo a eventos y competencias.
“Hasta que abrimos este taller, no había un lugar en la ciudad donde practicarlo. A los chicos los veo felices, les gusta hacer esto”, puntualizó. “Empezamos con trucos básicos y, a lo largo del año, vamos a ir avanzando hacia otros más complejos”.
Caminar por cintas
En tanto, el “slackline” es “una disciplina que trabaja el equilibrio y surgió hace 12 años a nivel mundial, por parte de escaladores, pero como un modo de diversión”, graficó Pablo Villarruel, el otro tallerista a cargo.
Destacó que se practica como un deporte pero también tiene una veta artística o cultural, dado que se toma como base para armar espectáculos: “Es un deporte autosuperativo. Acá competís con vos mismo. Además, se pone en práctica la meditación activa, es decir, meditar en movimiento. Y esto se hace por la fijación en un punto, la respiración, el hecho de caminar sobre una cinta de poliéster de tres centímetros”.
“Aprendí solo -contó- durante bastante tiempo. Todo fue muy progresivo y me permitió llegar al Mundial que se hizo en Chile, en el mes de febrero”. A sus 25 años, aseguró que se siente un “pionero” de la disciplina en la ciudad.
Por último, indicó que permite a los chicos ampliar la magnitud del equilibrio, conocer y aprender a utilizar partes del cuerpo que son claves para los movimientos, pero que no se ejercitan, por la costumbre de tener un asiento en suelo fijo. “Ayuda a estabilizar, concentrar, superarte deportivamente y se aprende jugando. Y desde este espacio queremos inculcar el compartir, el respeto y el compromiso con lo que se hace”.
Los demás talleres
El programa también cuenta con las siguientes propuestas.
-La Gozadera (clases de ritmos caribeños): lunes de 16 a 18.
-Percusión: martes de 14 a 16.
-Teatro creativo: miércoles de 20 a 21.30.
-Rap: martes de 18 a 20.
-Taller holístico de salud emocional: martes de 20.30 a 22.
-Danza en la diversidad: miércoles de 18.30 a 20.30.
-Teatro creativo: miércoles de 20 a 21.
-Folclore: miércoles a las 21 y viernes a las 17.
-Bailes de carnaval: jueves de 14 a 16.