El fiscal de Instrucción de Corral de Bustos, Jorge Aliaga, le solicitó al juez de Control de esa ciudad el sobreseimiento del expolicía Jorge Alberto Orellano, quien está acusado por el delito de “privación ilegítima de la libertad”, en el marco de la causa por la desaparición y posterior asesinato de Mariela Bortot (40), hecho ocurrido a comienzos de 2014 en la localidad de Inriville, en el sudeste provincial.

Orellano fue imputado en el inicio de la investigación, pero a fines del año pasado fue desvinculado del crimen luego que la Justicia imputara al peón rural Juan Ramón Rodríguez (39) como presunto autor material del homicidio.

El abogado bellvillense Francisco Lavisse, defensor del expolicía, dijo ayer que su cliente “está viviendo un infierno desde hace tres años, porque Inriville es un pueblo muy chico y ha sufrido pintadas, marchas, insultos, huevazos y lo trataron de asesino y muchas cosas más”.

En horas de la tarde del sábado 24 de enero de 2014, Mariela fue vista por última vez caminando por inmediaciones de Inriville y nunca más regresó.

Después de tres años de misterio, datos brindados por Rodríguez, alias “Juanchila”, quien está detenido en la cárcel de Villa María por la presunta violación de una menor, permitieron hallar los restos de Bortot.

Los aportes del peón rural y una coartada inconsistente hicieron que la investigación tomara un inesperado giro y se centrara en el propio “Juanchila”, que pasó de ser “testigo estrella” a principal sospechoso.

Tras el hallazgo de los restos óseos de Bortot, el fiscal Aliaga se encaminó hacia una nueva hipótesis delictiva e imputó a Rodríguez por “abuso sexual con acceso carnal” y “homicidio calificado por criminis causa”, al tiempo de desvinculó del proceso a Orellano.

Dentro de este marco, Lavisse solicitó el sobreseimiento de su cliente, que de acuerdo a la prueba colectada, no surge ningún elemento, directo ni indirecto, que permita relacionarlo con la desaparición y muerte de la mujer.

En noviembre de 2016, luego de varios intentos, Rodríguez logró que el hermano de Mariela, Claudio Bortot, fuera a visitarlo al Establecimiento Penitenciario Nº 5, donde se encuentra alojado por un hecho de violación que se le atribuye.

“El tipo me citó a la cárcel para decirme que sabía dónde estaba enterrada Mariela, pero decía que él no tuvo nada que ver. Fue algo muy fuerte porque yo no conocía la cárcel”, relató Claudio poco después de aquel encuentro.

“Juanchila” le dijo que aquel sábado, mientras fumigaba un campo, vio a Mariela caminando y que “Orellano la tomó de atrás”, pero que no sospechó nada porque pensó que eran una pareja y que entraban a un campo. Luego, siempre según su relato, al enterarse del caso a través de los medios de prensa, “comprendió todo”.