
Se trata de Marcelo Figueroa, quien en 2007 fue condenado en Villa María a 23 años de prisión por un brutal crimen de una anciana, ocurrido en vísperas de la Navidad de 2005 en La Playosa. “Lo que está pasando acá es muy grave”, aseguró

A los 50 años y mientras cumple una larga condena por un estremecedor crimen ocurrido en La Playosa a fines de 2005, Marcelo Luis Figueroa se comunicó telefónicamente con EL DIARIO desde la cárcel de Cruz del Eje y pidió ser trasladado “urgentemente” por temor a ser asesinado dentro del penal.
“No quiero terminar como Lucas Otín”, afirmó ayer el presidiario que el 22 de agosto de 2007 fue sentenciado a 23 años de prisión (junto a Ceferino Solano Mercado) por el “homicidio en ocasión de robo” de Teresa Ricardina Guidolín de Bossio (82), ultimada a golpes sobre el filo de la medianoche del 23 de diciembre de 2005 en el domicilio playosense de San Juan 925.
Figueroa hizo referencia a Lucas Ariel Otín (31) porque el convicto villamariense fue asesinado de varias puñaladas el pasado viernes 19 de mayo, precisamente en la cárcel de Cruz del Eje.
Allí sigue cumpliendo su pena Figueroa, quien fue trasladado desde la cárcel de Villa María, supuestamente por tener un celular en su poder, como reconoció el propio condenado.
En su condición de interno del penal serrano, Figueroa no solo habló de los problemas que atraviesan todos los presos, sino también culpó al Servicio Penitenciario de Cruz del Eje por el homicidio de Otín, tal como lo había denunciado la familia del villamariense apuñalado.
“Lo dejaron solo”
“Yo lo conocí a Otín; acá lo tiraron en un pabellón de celda de aislamiento y dicen que fueron los de Río Cuarto a matarlo”, aseguró Figueroa durante la comunicación, y agregó: “Villa María con Río Cuarto, acá adentro o en otra cárcel, todos saben que hay bronca”.
“Pero fueron los del Servicio Penitenciario los que abrieron las puertas y dejaron solo a Otín. Esto es lo que está pasando acá y es muy grave”, remarcó.
En ese contexto, Figueroa apuntó que “somos ocho por celda, usando el mismo baño, sin atención médica y en condiciones infrahumanas”.
“La higiene es un desastre, la comida también, pero lo más lamentable es que nos tenemos que bañar con agua fría en pleno invierno”, agregó.
Figueroa explicó que “hace un año y medio que me trasladaron acá”, para luego contar que son tres generaciones de su familia tras las rejas: “Tengo a mi viejo preso, con 74 años; también a mi hijo, que va a quedar libre en algunos días, y no sé nada de ellos, no me cuentan”.
No obstante, el convicto dijo que la jueza María Adriana Espeche y la asistente social le dieron el “visto bueno” para regresar a Villa María. “El problema es que frena todo el director del Servicio Penitenciario, Julio Heredia, y no sé por qué”, indicó.
“Mi mamá ya no puede venir a verme, por cuestiones de salud; entonces perdí todo el vínculo familiar y quiero simplemente recuperarlo”, añadió Figueroa.
Por último, el presidiario dijo que llamó a EL DIARIO “porque nadie dice en la provincia lo que está pasando en Cruz del Eje; la gente tiene que saber que es muy grave todo esto. Lo digo sin miedos, aunque no quiero terminar como Otín”.
Saldrá en 2028
Marcelo Figueroa nació en Laborde el 1 de julio de 1966, por lo que en menos de un mes cumplirá 51 años.
Fue detenido el 25 de diciembre de 2005 a raíz del asesinato de la anciana playosense y, por tratarse de un condenado reincidente (lo que le impide obtener al beneficio de la “libertad condicional”), deberá purgar casi la totalidad de la sanción impuesta en 2007 por la Cámara del Crimen de Villa María. Solo tendrá acceso a la “libertad asistida”, instituto legal que posibilita el egreso sólo seis meses antes del cumplimiento total de la condena.
De este modo, Figueroa se verá obligado a pasar 22 años y medio entre rejas, motivo por el cual recuperará la libertad el 25 de junio de 2028. Para entonces tendrá 62 años de edad.