El Decreto Municipal 1.588 “S”, fechado el 30 de mayo de 1960 y firmado por el entonces intendente Salomón Deiver junto al secretario municipal Carlos Casas, estableció que se declararan huéspedes de honor a los integrantes de una comitiva proveniente de Checoslovaquia integrada por el “ministro de defensa nacional, general de ejército Bohumon Lomsky; viceministro de relaciones exteriores, doctor Jiři Hájek; viceministro de comercio exterior, ingeniero Jaboslav Kohout; ministro de Checoslovaquia en Argentina, Dn. Oldrich Kaisr y consejero comercial, ingeniero Emil Ruda”.
Como puede notarse, se trató de la visita de importantes integrantes del Gobierno checoslovaco que, debemos señalar, habían llegado a Argentina para participar de la fiesta del 25 de Mayo en Buenos Aires. En Villa María se prepararon todos los honores para tan ilustres huéspedes del país socialista. La misma norma legal referida hace mención a una “Comisión de Recepción” que organizó diferentes actos. Más allá de la bienvenida que les proporcionó el jefe comunal, el decreto estableció que la Bandera nacional fuera “izada en los edificios municipales y paseos públicos” procediéndose “a la iluminación de los mismos, inclusive el frontispicio de la casa municipal” en calle Mendoza. Es claro que el Gobierno municipal le otorgó gran importancia a la visita de la comitiva proveniente de esa república de Europa central. Debemos recordar que ese país tuvo existencia independiente entre 1918 y 1992, con excepción del período en el cual Alemania lo anexó, durante la Segunda Guerra Mundial. Luego de la caída del comunismo, el proceso histórico llevó a la división del mismo. A partir del primer día de 1993 se retornó a la situación anterior a 1918, surgiendo dos Estados independientes: República Checa y Eslovaquia. En 1960, año en que se produjo la llegada de la comitiva que estamos comentando, esas naciones unificadas tomaron la denominación de República Socialista de Checoslovaquia. En cuanto a las relaciones con Argentina podemos decir que entre el 15 de marzo de 1939 y el 18 de abril de 1945, las relaciones diplomáticas fueron suspendidas y la embajada entregada a los alemanes. Avanzada la década del ´40 y terminada la gran guerra, decepcionados por occidente, los habitantes de ese país se volcaron al comunismo. Desde 1948, ya en la guerra fría y con la Unión Soviética controlando Checoslovaquia, los gobiernos argentinos enmarcaron la relación bilateral dentro de la lógica de ese conflicto. Recién en 1964, bajo la presidencia de Arturo Umberto Illia, los dos países elevaron sus representaciones a nivel de embajada. Es decir que la llegada de la delegación a Villa María se dio en tiempos de la Guerra Fría y sin que Checoslovaquia tuviera embajada en Argentina. Es por ello que aparece un consejero comercial y no un embajador. De todas maneras los integrantes de la comitiva fueron del más alto nivel gubernamental. En relación a la visión que el Estado local tenía acerca de los visitantes, podemos recurrir al mismo decreto donde, acerca de ese país, se dice que es una “nación amiga que une sus destinos, universalmente, a lo de los países que forjan el acero que alienta y da forma al pan de cada día, en los hogares que esperan todo de las tareas rurales, uniendo al esfuerzo de sus brazos el mecanismo moderno que facilita la horadación de la tierra y la siembra de la semilla que se transforma en blanca harina el quehacer cotidiano, virtudes laboriosas fecundadas con el sudor de frentes altivas y honradas, a través de ardua faena, realizada en largos y optimistas días de esperanzas promisorias”. En cuanto a los integrantes de la comitiva, en el decreto, se los define como “embajadores de amor y de fraternales sentimientos hacia el pueblo argentino y en especial al de esta ciudad”. En la misma norma legal se revela la razón de la visita, se dice que la misma “tiene la finalidad de estudiar la posibilidad de instalar en esta zona una fábrica de tractores ZETOR”. El intercambio comercial entre los dos países tenía antecedentes relacionados con este tipo de máquinas. En setiembre de 1952, se firmó un acuerdo por trueque de tractores checoslovacos por cueros vacunos argentinos. En relación a la fabricación de tractores el año 1960 fue especial, en ese período Fiat logró un récord en la fabricación de tractores en nuestro país, pero luego descendió la cantidad anual de unidades. El mercado interno de esa maquinaria estaba más que abastecido. En cuanto a las relaciones por las cuales la fábrica de los tractores Zetor no se instaló en Villa María podemos ver lo escrito por Damián Andrés Bil en su trabajo “Desarrollo y límites de la producción argentina de tractores (1955-1978)” publicado en “Mundo Agrario” de abril 2014. Allí Bil se refiere a una propuesta para la radicación en nuestro país de la empresa Zetor señalando que “una comisión encargada de evaluar una solicitud de la checoslovaca Zetor la desestimó con el argumento de que esta empresa podría producir agentes de propaganda comunista que se hicieran pasar por técnicos. Menciona además, lo que parece más verosímil, que el pedido llegó en un momento en que las existentes tienen problemas para colocar sus producción (confidencial 12/09/ de 1961) Esta información es sugerente para sostener la hipótesis de la saturación del mercado interno”. En realidad existen elementos para pensar que la condición de país perteneciente a la órbita socialista puede haber sido un elemento importante a la hora de decidir que Zetor no pudiera instalar esa planta fabril. Ante de terminar esta nota debemos decir que uno de los integrantes de la comitiva, Jiří Hájek, fue un reconocido político checoslovaco que años después de haber estado en Villa María, junto a Václav Havel , Zdeněk Mlynář y Pavel Kohout integró el grupo que armó la denominada Carta 77 que pidió por el respeto de los derechos humanos en su país. Ese fue un documento, de 1977, firmado por un grupo de intelectuales que siguiendo el espíritu de la Primavera de Praga, hicieron pública su posición expresando la disidencia con el régimen que entonces gobernaba Checoslovaquia.