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Dejó atrás Bogotá y en su recorrido por Latinoamérica puso su ojo en la ciudad

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Dejó atrás Bogotá y en su recorrido por Latinoamérica puso su ojo en la ciudad
“Estaba en un hostel de Güemes, en Córdoba, me quería ir para Santa Fe y llegué a Villa María, que es bien interesante”, señaló a EL DIARIO

Elogió la tranquilidad con la que se vive en Argentina y lo comparó con su tierra natal. Camino a Santa Fe, decidió quedarse varios días en Villa María. Siempre se hospeda en hostels

“Estaba en un hostel de Güemes, en Córdoba, me quería ir para Santa Fe y llegué a Villa María, que es bien interesante”, señaló a EL DIARIO

Hace casi cuatro meses que el colombiano David Acero (25) recorre la Argentina conociendo distintos puntos de nuestra geografía, hospedándose en hostels y dialogando con la gente. De hecho, así se dio la charla con EL DIARIO: en el predio ferrourbanístico se acercó y compartió unos mates.

Allí contó que es de Bogotá, pero que residió en Estados Unidos y que ahora, tras andar por Latinoamérica, lleva casi cuatro meses en el país: pasó por Mendoza, Neuquén, San Luis y Córdoba.

“Me vine porque me pareció un lugar más tranquilo que Colombia para vivir. Allá el dinero no es el problema, sino la tranquilidad; hay un gran problema de inseguridad. Después de que terminé la universidad tuve problemas con la gente del narcotráfico”, reveló.

Aseguró que la problemática por la comercialización de drogas es muy grave. “Dentro de las mismas universidades hay todo un circuito de drogas. Chicos que cursan fueron encontrados con 40 kilos de cocaína o de marihuana en la casa y vendían ahí. Acá no noto eso, no se llegó a tanto. Se ve la droga, pero no como allá”, comparó.

Dijo que, por ejemplo, a un club de Bogotá “iban cinco o seis dealers con pastillas, cocaína, de todo y todo mezclado, de lo que se quiera”.

Confesó que fue víctima de robos y que quienes venden estupefacientes lo perseguían. “Me amenazaban todo el tiempo, me la pasaba encerrado o con un policía o guardia en mi casa. No era feliz, no me relacionaba con las personas, estaba muy solo. Me mandaron al exterior y ahí decidí que lo mejor era Argentina”, describió.

Primero se instaló dos meses en Ecuador, luego fue a Perú, Bolivia y Chile, donde le gustó Santiago, pero “no fue gran cosa”, hasta que enfiló hacia nuestro país. Lo hizo junto a su hermano, que está con su pareja en San Miguel de Tucumán.

“Vinimos a conocer el país, a vivir a un lugar más tranquilo”, contó, y dijo que se traslada de un lugar a otro en colectivo, hospedándose siempre en hostels.

Respecto a cómo llegó a Villa María, contó: “Estaba en un hostel de Güemes, en Córdoba, me quería ir para Santa Fe y llegué a Villa María, que es bien interesante”, apuntó.

Dijo que es pintor, pero que también ha trabajado en muchos otros oficios: mesero, bartender, limpieza de vidrios.

Cuando se le preguntó qué diferencias encuentra entre argentinos y colombianos, se centró en la paz de este país. “Acá tienen paz y tranquilidad, allá podés estar en el parque, pero viene cualquiera y te ataca. Además, Colombia es más caro también para vivir”.

Le gustó tanto este país que anticipó que irá a Brasil porque quiere conocer y que retornará a nuestra tierra. ¿Extraña su ciudad? “Extraño los frigoles”, dijo entre risas, y luego, ya serio, confió: “Sufrí por tener que irme, siempre fui de un grupo social de Bogotá, cambié mi manera de vivir, pero ahora estoy mucho más tranquilo”. “Las familias argentinas tienen cosas muy lindas, son gente buena”, cerró.