Española igualó 1 a 1 de local con Alumni y no logró acceder a los cuartos de final por los triunfos de Universitario y Alem. Bracamonte abrió el marcador y luego empató Noriega para la visita
Escribe: Pablo Luna Broggi
La última función de la fase regular de la liga doméstica estaba en marcha. Cientos de villanovenses copaban el Prado con la ilusión de ver al Gallego dentro del octeto final que pelearía por el título. Enfrente estaba un Alumni sin demasiadas pretensiones, ya eliminado en la fecha anterior, y presentando como mayor incógnita su actitud ante el último duelo del semestre: ¿el fortinero dirigido por Germán Vicario saldría a jugar el partido como si las chances de clasificar estuvieran intactas o se presentaría solo para cumplir y “entregarle” el pase a su rival en desmedro de los demás equipos que peleaban por jugar los playoffs?
Los pibes villamarienses se calzaron el traje de “juez del torneo” y entendiendo su rol decisivo en esta última jornada, salieron a jugar el partido sin especulaciones y de manera seria, como todos lo merecían, como el fútbol local lo necesitaba.
Esta postura del visitante, digna de reconocer y aplaudir, sorprendió a Española y lo puso en estado de alerta desde el inicio del partido. El Gallego tenía que jugar bien y ganar en lo posible si quería acceder a la siguiente instancia, porque el fortinero, más allá de las suspicacias que se habían desperdigado por las “Villas” entre semana, no se la iba a hacer fácil.
Ante esta situación el local fue quien se abalanzó con todo hacia su contrincante y lo asfixió a fuerza de llegadas peligrosas: primero fue Matías Bracamonte, quien cabeceó desviado un preciso centro de Luciano Acosta y después, Valentín Cativelli tampoco tuvo suerte al rematar desde larga distancia sin demasiada dirección. Luego, el visitante contestó a través de un potente disparo de Patricio Peñaloza que Pablo Mancilla alcanzó a desviar al córner.
Minutos después, Alumni se quedaría con uno menos por la infantil expulsión de Juan Pochettino tras agredir a Facundo Mignola. Las cosas se complicaban para el local, porque debía afrontar 70 minutos con 10 jugadores. Sin embargo, esto nunca se notó dentro del campo de juego: la preparación física y táctica del visitante, suplantaron a la perfección la ausencia del joven volante izquierdo.
A los 30 minutos, Facundo Depetris pudo abrir el marcador con un buen cabezazo, tras un centro de Del Sole, pero Mancilla le ahogó el grito de gol, al igual que Luciani lo hizo con Acosta, tras un gran remate de zurda del capitán local que tenía como destino el ángulo izquierdo, pero una tapada formidable del uno fortinero interrumpió la trayectoria del balón y lo envió al tiro de esquina.
El primer tiempo se moría y aún las noticias que venían desde Villa María eran alentadoras. Española estaba clasificando, pero necesitaba algo más de tranquilidad. Y la calma llegó a los 44 minutos cuando se cumplió “la ley del ex” a través de Bracamonte que corrigió un remate de Cativelli y puso el 1 a 0 para el delirio de toda la parcialidad local. El Gallego estaba ganando y no dependía de los demás. Las radios se apagaban, porque el triunfo de los dirigidos por Valle los insertaba automáticamente en la siguiente instancia.
No obstante, en el complemento, Vicario acomodó su equipo tácticamente y Alumni mejoró. Sin tanta explosión, pero con las líneas más juntas y mayor juego en mitad de cancha, el fortinero comenzó a emparejar el cotejo y creció futbolísticamente.
Tras algunas aproximaciones del local sin complicar demasiado a Luciani, el visitante llegó al empate con un remate rasante de Noriega que se desvió en un defensor Gallego y dejó sin chances a Mancilla.
La igualdad fortinera paralizó el corazón de toda Española y obligó a encender nuevamente todas las radios, pero esta vez eran malas noticias las que se escuchaban. El local estaba quedando afuera por los triunfos de Universitario y Alem, la gente lo supo primero y el nerviosismo se trasladó hacia el campo de juego. Los dirigidos por Valle nada pudieron hacer para quebrar el destino y no pudieron conseguir un boleto a cuartos que quizás merecieron durante gran parte del torneo. Alumni también se despidió, pero con la frente en alto y con la tranquilidad de haber dado todo.
La figura: Valentín Cativelli: Fue quien más intentó batir la portería defendida por Luciani, pero su actuación se fue desvaneciendo junto al equipo con el pasar de los minutos.
El árbitro: Daniel Ceballos: Muy bien, dirigió con mucha autoridad y no falló a la hora de cobrar.
