
Se pospuso un careo y se escucharon polémicos testimonios en la audiencia de ayer, que procura determinar si la Municipalidad y Rubén Quevedo son responsables del maltrato laboral

La camarista Liliana Cuevas de Atienza presidió ayer una nueva audiencia por el juicio laboral iniciado por la exempleada municipal Ivana Chialvo. La joven mujer denunció hechos sucedidos en el área de Tránsito desde el año 2007, donde, según la acusación, sufrió el permanente acoso sexual de su superior, Rubén Quevedo, quien le ofrecía a cambio la continuidad del contrato.
El primer incidente que se registró en la audiencia fue cuando la abogada de la mujer. Cecilia Pérez Correa, pidió que se incorpore una “prueba nueva”, en alusión a la denuncia por hechos de violencia de género radicada en la Fiscalía de Segundo Turno de los Tribunales de Villa María, contra Rubén Quevedo, llevado a este juicio también por delitos contra una mujer.
Tanto el abogado y apoderado de Quevedo, el letrado Jorge Olmedo; como el representante de la Municipalidad, Oscar Barroso, se opusieron. Sin embargo, la magistrada decidió que en honor a la búsqueda de “la verdad real” se iba a incorporar ese antecedente. Los letrados de la parte acusada hicieron reserva del derecho a presentar un recurso de casación.
Careo suspendido
Habían sido citados para la audiencia de ayer el actual secretario de Gobierno, Rafael Sachetto, y el titular de uno de los sindicatos municipales (UTEM), Jesús Chirino. Iban a confrontarse en un careo, dado que hubo contradicción de los testimonios de ambos, porque Sachetto dijo desconocer la existencia de las denuncias, mientras que Chirino aseveró que las autoridades municipales lo sabían.
Dada la extensión de los testimonios de algunos testigos, resolvieron pasar ese careo para la próxima audiencia, que será el 6 de julio, a partir de las 9.
Las que sí pudieron testimoniar fueron varias empleadas de tránsito, quienes no aportaron mucho a la causa. También declaró Héctor Bersano, funcionario municipal, y Fabián “Mojarrita” Carranza, exencargado de Tránsito y dirigente del SUOEM.
Polémico
Bersano, tras jurar decir la verdad, afirmó que no tuvo ninguna notificación formal cuando estaba al frente del área, alertando de “un problema grave” entre los trabajadores del sector. “Nunca hubo una denuncia verbal o por escrito”, dijo; a la par que recordó que tuvo que asistir a Chialvo cuando la mujer tuvo un intento de suicidio.
El testimonio más polémico fue el de Fabián Carranza. El hombre aseguró, al ser consultado por los abogados de la parte denunciada, que Chialvo y Quevedo eran pareja. “El intento de suicidio de ella fue porque su marido se enteró de esa relación”, dijo, causando malestar entre los familiares de la mujer que escuchaban las instancias de la audiencia.
Cecilia Pérez Correa le preguntó a Carranza si tenía antecedentes penales, a lo que el exencargado de Tránsito dijo que sí. Uno de esos antecedentes es por violencia familiar. Otro por pegarle a Jesús Chirino. “Yo tomo eso como cosa de hombres, no para ir a denunciar”, dijo, sin titubear.
Atribuyó la denuncia a la finalización del contrato de Chialvo y a una interna gremial entre el sector encolumnado en la CTA y el SUOEM, gremio que integra.
También dijo que el grupo de mujeres a las que les rescindieron el contrato, entre las que está Chialvo, se fue porque “a las autoridades no les gustaba que tuvieran tantas carpetas médicas”, dijo, en alusión a la licencia por enfermedad.
Negó que en el ámbito laboral hubiese un clima de falta de respeto hacia las mujeres.
Dado que otros testigos dijeron lo contrario, se resolvió que Carranza vuelva a presentarse en la audiencia del 6 de julio para carearse con los testigos que aseguraban que efectivamente hubo falta de respeto.
Cecilia Pérez Correa: “Quedó de manifiesto la estrategia de los acosadores”
Cecilia Pérez Correa (foto), abogada de la denunciante, dijo que en la audiencia de ayer “quedó de manifiesto la estrategia de los acosadores. Porque si bien fue Quevedo quien es traído a juicio, en el testimonio de Carranza quedó claro que defiende su propia posición de acosador. Por eso se ha ordenado un careo con dos testigos anteriores, mujeres, que referían los chistes con connotación sexual que Quevedo, Carranza y (Juan) Vázquez hacían en el ámbito laboral”.
Señaló que los dos primeros tienen antecedentes por violencia hacia la mujer.
Jorge Olmedo: “Quevedo es inocente”
El apoderado de Quevedo (no solo defiende, sino que además lo representa, haciendo que no tenga que estar presente el acusado en las audiencias) considera que la audiencia “fue muy buena, porque se va demostrando que mi cliente es inocente”.
“No tengo idea por qué se denunciaron tantas barbaridades”, agregó.
También cuestionó la incorporación de otro antecedente por violencia familiar de su defendido, “porque no tiene nada que ver con esta causa”.
Oscar Barroso: “El intendente quiere que lleguemos a la verdad real”
Oscar Barroso, quien representa en el juicio a la Municipalidad junto a Franco Valzacchi, dijo que “el intendente quiere que se llegue a la verdad real, porque recordamos que los hechos sucedieron durante otra gestión y no hay una sola documentación en la que haya quedado registrada la denuncia”, dijo.
Pese a que procura llegar a esa “verdad real”, dijo que se opuso a la incorporación de antecedentes porque “no tiene nada que ver con la causa que se analiza”.
“Preguntamos mucho sobre la vida privada de la denunciante porque en el fondo de todo esto hay una denuncia de acoso. Nosotros tenemos que tener en claro si hubo acoso o una relación sentimental”, agregó.
“Además, la denuncia se hizo cuando no le renovaron el contrato a Chialvo y detrás de todo esto hay una interna sindical”, concluyó.