Ellos aseguran que su fórmula es como el fernet: “70% estructurado y 30% improvisado”.

Atentos a las proporciones que provee la mezcla del elixir asociado al terruño cordobés, el dúo cómico Camilo y Nardo (Camilo Nicolás y Nardo Escanilla) plasma un show que mixtura las historias reflexivas sobre la vida cotidiana del stand up, el género en boga, con la secuencia incesante de gags humorísticos que tanto han identificado a los capocómicos de La Docta.

En criollo, la dupla logra crear un estilo basado en los irresistibles chistes con tonada, pero adiestrados a la modalidad frenética de los youtubers y los artistas espontáneos del Instagram. Incluso mucho de su material en escena alude a las desavenencias virtuales, como, por ejemplo, los grupos de WhatsApp o los chistes sexuales que circulan entre los mensajes.

La improvisación corre por cuenta de la interacción que mantienen constantemente con los espectadores. Desde hacer bromas con nombres de localidades cercanas (como Ticino) hasta hacerles el juego a los comentarios de los plateístas, como si fuesen “estandaperos” de la primera hora.

El plus agregado es la incorporación de Iván “Bomba” Allende, un joven músico que -como ellos- surgiera de la fama reposteada y contabilizada de las redes sociales. Con simpatía logra recrear los temas paródicos que lo hicieron conocido, como “La morcillita” o “Empachito”.

J.R.S.