Actuaron el conjunto local Shalaku, Emiliano Zerbini, Cuti y Roberto Carabajal y Sergio Galleguillo para el cierre a pura fiesta chayera
Alrededor de dos mil personas se acercaron al Teatrino del Subnivel para vivenciar la jornada peñera en honor al Día de la Bandera.
A pesar de las bajas temperaturas, y del juego de escondidas que practicaba incesantemente el sol entre las nubes, el público respondió a la convocatoria gratuita de expresiones genuinas de nuestro folclore nacional.
Con una puntualidad y una consecución en las actuaciones impecables y sin baches por parte de la organización, se desarrolló la grilla estipulada que iniciara con el conjunto folclórico Shalaku.
Integrado por estudiantes y egresados de la carrera de Música de la UNVM, provenientes en su mayoría de la provincia de Santiago del Estero, el grupo hizo la prueba de fuego del repertorio que formará parte de su segundo e inminente material discográfico. Se trató de una selección de obras de composición propia que aluden a la región céntrica santiagueña, la cual comenzará a grabarse luego de las vacaciones de invierno, según adelantaron sus miembros: José Santillán, Ezequiel “Ishiku” Infante, Joaquín Aguilar y Gerardo “Coco” Miotti.
Zerbini rescató las danzas tradicionales
Posteriormente, llegaría el turno del ascendente solista riojano, asentado en Córdoba, Emiliano Zerbini. El cantante que fuera Revelación de Jesús María 2016 y que actuara recientemente en la última edición del Peñazón, en el centro vecinal de barrio San Justo, plasmó un cancionero referido a su reciente rescate de las danzas tradicionales de nuestro país, tales como la jota o “los amores”, algunas de ellas que no suelen conformar los repertorios festivaleros.
Según contara luego ante los medios, este buceo cuasi antropológico y de indagación musical, que se condensara en los volúmenes denominados “Danzas Folclóricas Argentinas”, surgió como homenaje tácito a su propia madre, una bailarina de los estilos nativos, quien le ayudó a dejar a un costado, por un rato, su faceta compositiva, y a dotar su capacidad interpretativa con un trabajo que sirve como legado. Del mismo modo, su concierto resultó una propuesta didáctica, donde Zerbini explicaba a los ocasionales bailarines los pasos de cada danza.
Cuti y Roberto Carabajal, sinónimos de chacarera
Acto seguido, las sonoridades sobre el escenario retomaron camino hacia Santiago con la dupla de Cuti y Roberto Carabajal, quienes hacía varios años que no se presentaban por estas latitudes. Como representantes dilectos de una de las familias con mayor estirpe folclórica del norte argentino, inundaron de pura chacarera la pista ubicada frente al imponente escenario ubicado en el Teatrino.
No faltaron “hits” inoxidables de la dinastía como “Desde el puente carretero”, además de descontracturar piezas clásicas de su repertorio, ralentizando y luego acelerando ritmos, a modo de jugar con consabida complicidad junto a los espectadores.
Aunque al verlos juntos cualquier desprevenido podría pensar que se trata de hermanos, Cuti y Roberto son tío y sobrino, respectivamente, a pesar de que se llevan apenas un lustro de diferencia. Debido a la extendida prole de la familia Carabajal, Cuti -el menor de 12 hermanos varones- se permitió hacer chistes ante el público al respecto.
Luego, frente a los periodistas reiteró que la multiplicidad de parientes se traduce en una fiesta bien tradicional, en el Patio de la Abuela (María Luisa Paz), en el mes de agosto, en La Banda. “Están todos invitados. Quisiera que vaya una delegación de músicos de esta ciudad hacia allá”, acotó Roberto quien además comentó que le encantaría volver al Festival de Peñas en alguna oportunidad.
Sergio Galleguillo: “Hay que terminar con esa grieta estúpida”
El “broche de oro” de la jornada fue, sin lugar a dudas, Sergio Galleguillo. El exlíder de Los Amigos, quien subió a cantar a las 16.30, revivió la fiesta riojana por excelencia, la chaya, con un carisma y una llegada al público envidiables.
Esta vez, el cantante -quien había actuado en el Festival de Peñas 2016- no sólo desandó por sus clásicos como “Todo el amor que te di”, “Zamba para olvidar”, “Para los ojos más bellos” o “En el camión de Germán” (el himno carnavalesco riojano por antonomasia, que fuera interpretado durante el filo del show y luego en el bis), sino que además, se permitió hablar de la situación actual a través de un rito tradicional.
“Para quien no lo sabe -graficó- nosotros nos tiramos harina como una caricia o un gesto, sin violencia, hacia la mujer y porque quien juega no importa si es pobre o rico, flaco o gordo. Somos todos iguales en la chaya y esa es la unidad que debemos pretender como argentinos. Hay que terminar con esa grieta estúpida. Yo no estoy ni con unos ni con otros sino con la gente y mucha gente está mal, sobre todo en mi provincia. Algunos deberían cruzar la Panamericana y ver cómo está el norte del país. Yo voy a cantar y a llevar alegría adonde pueda para matar las penas de todo un año de pálidas”.
Durante su show, “El Gallo” también dejó lugar a que cantara su segunda voz, Ariel Segura e invitó a que actuara el humorista y amigo Juan Vergara y el purrete Esteban González de Idiazábal, quien ejecutó en sikus. Asimismo contó, antes de recrear “Niña chay”, la historia de un pequeño fanático -de quien terminara siendo su padrino- que pudo sobrellevar un delicado estado de salud gracias a sus canciones.
El evento, conducido por María Eugenia Pascuali (de Córdoba), Carina Bonoris y Alberto “el Negro” Luna, finalizó antes de las 18 como estaba previsto. Se trató de una de las primeras propuestas festivaleras que realizarán en conjunto el municipio local con la actual gestión provincial. Por tal motivo, la titular de la Agencia Córdoba Cultura, Graciela Ayame, asistió a la peña y prometió nuevas acciones mancomunadas.