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“No transformen el amor en posesión”

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“No transformen el amor en posesión”
Los estudiantes integraron la mayor parte del público que siguió las instancias de la charla

Ante un auditorio de alumnos, la mayoría varones, el fiscal Francisco Márquez hizo un repaso de los orígenes de la cultura patriarcal para llegar a la actualidad. Dijo que la educación es la herramienta para construir relaciones igualitarias

Francisco Márquez, abordó la problemática de la violencia de género invitado por la UTN

“La mujer que yaciera con un hombre, será condenada a ser atada a piedras y arrojada a las aguas”. Citando uno de los artículos del primer cuerpo legal que se conoce -el Código de Hammurabi- Francisco Márquez, fiscal de Cámara de Villa María, comenzó anoche la charla sobre violencia de género en el auditorio de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Además del rector y algunos docentes, el público estuvo integrado principalmente por estudiantes.

Márquez comenzó citando ese código, que condenaba con pena de muerte a la mujer adúltera, para explicar la cultura patriarcal que “arrastramos” en nuestra sociedad.

“No hace tanto, en 1970, Juan Manuel Serrat escribió una canción, Pueblo Blanco, que habla de mujeres mirando por la ventana esperando al hombre joven, fuerte para ser su señor y tierno para el amor. No es la imagen que tenemos de las mujeres de hoy”, planteó.

Paralelamente a la cultura reflejada en canciones, Márquez habló de la evolución de la Justicia, recordando, por ejemplo, la condena que tuvo el “Chango” Rodríguez por asesinar al amante de su mujer. “Le dieron cuatro años al autor de `Luna Cautiva´, por homicidio en estado de emoción violenta”, evocó.

Los estudiantes integraron la mayor parte del público que siguió las instancias de la charla

Más acá en el tiempo, recordó a Eduardo Vásquez, baterista de Callejeros, quien fue condenado a 18 años de prisión por haber quemado viva a su mujer, Wanda Tadei. “En esa primera condena, los jueces consideraron que la mujer hizo algo que dejó a oscuras el lugar donde estaban y que a él se le representó Cromagnón, es decir, también hablaron de emoción violenta. Recién después de la casación, lo condenaron a perpetua”, remarcó.

Aclaró que actualmente, la emoción violenta “se puede entender cuando alguien reacciona al ver a una persona violar a una niña. Nunca porque una mujer no actúa como uno quiere”.

Siguió hablando de los cambios en el sistema judicial que incorporaron criterios más igualitarios: “No hace mucho, en el Código Penal, se condenaba el adulterio de la mujer a partir de un solo encuentro sexual con alguien que no sea su pareja; en cambio, en el caso del hombre, debía tener una manceba, es decir, una concubina para que se lo condenara por el mismo delito”, dijo.

“Si alguien mata a una mujer que fue o es su pareja o por querer abusar de ella, no es ya un homicidio, delito para el que se prevé una pena de 8 a 25 años; sino que es femicidio, que directamente tiene una condena a prisión perpetua”, planteó.

“En todo este tiempo, recibimos una educación basada en un patriarcado. Pero las feministas fueron impulsando un cambio de paradigma, que promueve relaciones igualitarias”, planteó.

Entiende que ese sistema patriarcal tiene expresiones extremas en la violencia física, hasta causar la muerte, pero que también encuentra otras formas más sutiles de ejercer dominación. “Si yo te digo que vos no podés salir a trabajar porque tenés que cuidar los chicos, te estoy imponiendo una regla violenta, porque los chicos son de los dos. Lo mismo si te digo que no podés ir a estudiar. Esas no son reglas de una relación igualitaria”, aseveró.

“En el fondo de todo esto, está la idea de la posesión de la mujer como si fuera una cosa. Por eso, no transformen el amor en posesión”, planteó.

Y concluyó diciendo: “La mejor herramienta para prevenir estas situaciones, es la educación”.