Lo indicó el secretario de Prevención de Adicciones de la provincia en el acto en que se inauguró el centro de día para el abordaje de la problemática
El secretario de Prevención de Adicciones de la provincia de Córdoba, el médico Darío Gigena Parker, apuntó ayer que “por cada persona que sufre un problema de adicciones, hay unas 27 de su alrededor que están sufriendo” y sostuvo que “no les queda otra” a los intendentes que ocuparse de la temática porque “el problema no puede viajar”.
El funcionario hizo estas declaraciones al inaugurarse el Centro Asistencial Villa María, un centro de día para el abordaje de adicciones que se habilitó en la víspera en un sector de la manzana que ocupó por décadas el Hospital Regional Pasteur, en calle Pasteur al 300. Es un espacio que gestionará y llevará adelante la Municipalidad en el edificio que refuncionalizará el Estado cordobés.
“La asistencia era una deuda pendiente que tenían los estados, porque por lo general el Estado municipal decía que se tenía que ocupar la Provincia y la Provincia decía que le correspondía al tercer sector. La realidad nos obliga a tomar el tema y celebro el coraje de los intendentes”, señaló Gigena Parker.
Advirtió que en esto “no siempre vamos a tener buenas noticias”, porque “es un trastorno que (cuyo abordaje) puede tener resultados óptimos y cambiarle la vida a una familia pero otras veces hay altibajos y en otras es insuficiente todo lo que podamos ofrecer”.
Remarcó que “contener en un segundo nivel a la familia es indispensable para que no afecte al resto” y allí dijo que “por cada persona que sufre un problema de adicciones hay unas 27 de su alrededor que están sufriendo, teniendo problemas en sus trabajos, afectándose la calidad de vida, con enfermedades que puede llegar a matarlos, porque hay padres que mueren por problemas cardíacos porque no se cuidan en su salud porque están detrás de estos hijos con problemas”.
También habló del “enorme desafío” en torno al personal, “porque nos encontramos con una insuficiencia de recursos humanos suficientemente formados” y en ese marcó valoró que la Universidad Nacional de Villa María “este aquí para contribuir en la formación”.
Allí cuestionó que “tradicionalmente las universidades no se han ocupado de estos temas”. “La facultad de medicina se ocupa dos horas en una carrera de 6 años para un problema de salud público número uno”, subrayó y añadió que “eso está cambiando”.
El funcionario también hizo mención a lo que consideró “asociaciones no felices” como la de emparentar al delito con la droga o el femicidio con la droga, porque “estigmatiza a la población que queremos ayudar”, advirtiendo que “la adherencia es difícil”.
Tras destacar la importancia de este centro de segundo nivel, se planteó dónde derivar, “sobre todo en el interior de la provincia”.
“Hoy hemos inaugurado nuestro octavo centro, para llegar a 26 de segundo nivel y pensamos hacer mucho más en lo que es primer nivel. No podemos dejar esto inconcluso sino pensar en todos los niveles de complejidad”, admitió.
En ese contexto informó que el gobernador Juan Schiaretti ha previsto reinaugurar “la primera comunidad pública en la historia de la provincia, en San Francisco”, la que según dijo tendrá todas las complejidades de un centro de salud mental. Y hablando hacia el juez federal local, Ramón Rebak, presente en el acto de ayer al mediodía, le pidió a la Justicia “trabajar juntos para que estos criterios de admisión sean los más óptimos posibles”.
Alertó que el flagelo “no acepta pliegos, plazos ni obras” y dijo que a los intendentes no les queda otra que ocuparse de la temática “porque el problema no puede viajar”, en el sentido de que la ciudadanía necesita respuestas estatales en su lugar de residencia.
En el acto también hablaron el intendente Martín Gill, el ministro de Salud de la provincia, Francisco Fortuna, la secretaria provincial Alejandra Vigo (primera dama cordobesa) y el sacerdote Miguel Marengo.
“Tradicionalmente las universidades no se han ocupado de estos temas. La facultad de Medicina se ocupa dos horas en una carrera de 6 años para un problema de salud pública número uno”.