Tuvo tres hijos, diez nietos, seis bisnietos y una tataranieta… Lúcida y rodeada de afectos se sentó a la mesa, donde una torta con el número 101 encima le indicaba la nueva estación a la que acababa de llegar
de familiares y con su tataranieta en brazos
Corría el mes de junio de 1916. El mundo asistía a las peores batallas en el marco de la Primera Guerra Mundial. Y el país se aprestaba para recibir cuatro meses después, en octubre, al primer presidente electo por sufragio universal, el caudillo radical Hipólito Yrigoyen. En ese panorama, una familia afincada en estas llanuras incipientemente pobladas, recibía en su seno a una beba a la que daría el nombre esperanzado de Argentina Bella.
La pequeña llegada al hogar de los Casale, se crió por aquí, creció, acompañó a sus padres en labores hogareñas hasta que en su juventud conoció a José Moreno, con quien contrajo matrimonio.
La nueva pareja permaneció por aquí hasta mediados del siglo pasado, cuando se trasladó a la localidad de Cintra, para dedicarse a tareas rurales. En esos menesteres, a Argentina le tocó atender los quehaceres domésticos, pero también acompañar a su esposo en las tareas rurales.
Fue en ese medio donde tuvieron tres hijos, con los que regresaron a Villa María dos décadas después, más precisamente en 1972.
Y llegaron diez nietos, seis bisnietos y el año pasado una tataranieta.
La mujer que el martes de esta semana cumplió sus 101 años, de carácter templado por la vida, siguió adelante cuando perdió a su compañero y vivió en su propia casa, en la calle Mendoza, frente al edificio viejo del Hospital Pasteur, hasta los 98 años. “Con 96 años todavía iba todos los sábados sola hasta la peluquería…”, comentó su hijo Juan Carlos al periodista de EL DIARIO.
-¿Que pasó a los 98 años?, quiso saber el comunicador.
-Se quebró, sufrió una fractura y perdió un poco de independencia, pero afortunadamente encontramos el hogar La Posada del Abuelo, de la calle Mariano Moreno, que la quieren como nosotros y la atienden mejor de lo que nosotros podríamos hacerlo. La verdad es que tenemos que destacar la atención que recibe. Lo vemos día a día durante las visitas de esta familia numerosa…
Le gusta estar informada
En esa residencia, donde se celebró el cumpleaños, la encargada Alicia comentó que “ella es muy polvorita, está siempre encendida y siempre atenta a la llegada de EL DIARIO para leerlo con su lupa y mantenerse informada”.
“Aquí llegó hace tres años y la verdad es que estamos muy encariñados”, completa Alicia.
El año pasado, Argentina Bella sufrió el fallecimiento de uno de sus hijos y quiso estar presente en los actos fúnebres, acompañando hasta la última morada e intentando en todo momento de mantenerse firme ante el segundo golpe fuerte en su siglo y tanto de vida.
Es la historia de una mujer que se hizo de trabajo y amor por los suyos; Argentina Bella, en este bello país que de vez en cuando nos susurra historias de acá a la vuelta nomás, donde la vida cobra sentido y nadie se atreve a decir que todo está perdido.
