Esteban “el Bochita” Mazzini, uno de los jugadores más recordados del Club Atlético Alumni de la década del 70, falleció ayer a los 59 años a raíz de una grave enfermedad y automáticamente brotó la tristeza entre sus excompañeros, amigos, rivales futbolísticos y del fútbol villamariense en general.
Mazzini fue uno de los grandes defensores de aquella época en que los equipos salían de memoria e integró esos planteles que, apuntalados por Moro Hidalgo y los entrenadores Negro Ríos, Nene Miranda y Zurdo López, modificaron la idiosincrasia del Fortinero que, desde allí, empezó a romper latitudes y a trascender, en el plano provincial, nacional e internacional con un viaje a Chile (Bochita integró dicha delegación con apenas 17 años).
No tenía la altura de los centrales “torres” de la actualidad, pero “no lo pasaba nadie” y era una “cosa de locos cómo saltaba”, recuerdan hinchas, compañeros y un hermano de la vida, Héctor “Pelusa” Machado, quien remarcó: “Esteban medía un 1,65 m, más o menos, pero jugaba de 2 y lo que saltaba a cabecear… Considero que se hizo famoso el día que le hizo un gol a Atenas de Río Cuarto, de cabeza, y eso que lo marcaba el Gringo Rufinetti, que medía más de un metro y noventa”.
Producto del barrio San Martín, hizo sus primeros pasos en el fútbol en el baby de dicho club de barrio, junto a su amigo Pelusa, Jorge Molina y Rubén García, entre otros. Y desde allí impulsó sus sueños de vestir la casaca albirroja, debutando con apenas 16 años en el 76 (“prácticamente debutamos juntos, con el Negro Ríos”, rememora Machado). Y durante más de cinco años dejó una huella imborrable, con títulos incluidos (los recordados tres títulos consecutivos del 77, 78 y 79) y del Provincial del 77.
Además de Ríos, lo dirigió Miguel Angel Zurdo López (en el primer semestre del 79) y el Nene Miranda, y fue titular -como lateral derecho- en aquel recordado partido con el Argentinos Juniors de Diego Maradona, en una colmada Plaza Ocampo.
Tras su etapa en Alumni, jugó en varios equipos de la región y también en la “vereda de enfrente”, Alem, con título incluido en el año 83. Por eso, ayer se comunicó su excompañero y técnico, Daniel Lungo Abate Daga, quien mostró su congoja y expresó: “En nombre de todo el plantel del 83 y del club Alem, nos solidarizamos con su familia en este duro momento”.
Ayer su corazón se apagó, pero su estirpe de jugador y su sonrisa característica quedaron marcados en el corazón de los hinchas y simpatizantes del club del barrio Lamadrid, y de todo el fútbol villamariense.
El comunicado del club
A través de las redes sociales, el club fortinero indicó el siguiente comunicado: “Desde Club Atlético Alumni comunicamos el fallecimiento de Esteban «el Bochita» Mazzini, quien fue uno de los jugadores más recordados de finales de la década de los 70. El Bochita, nacido en el barrio San Martín, quedará para siempre en el corazón de los fortineros. Abrazamos a su familia en este difícil momento. ¡Hasta siempre, Bochita!».
Su recuerdo del Anfi
Bochita Mazzini, a principio de este año, visitó EL DIARIO y nos acercó su poesía dedicada a los 50 años de la creación del Anfiteatro, cuya construcción siguió día a día, en su niñez, acompañando a su padre a sacar arena del río, en el sector de lo que hoy es el Balneario.
A continuación, volvemos a publicar lo que salió en la nuestra edición, el pasado 27 de enero:
Hubo un pibe, allá por 1967, que acompañaba a su padre en un carro a sacar arena del río en la ribera del Balneario. Pudo ver entonces, día a día, cómo progresaba la obra de un grupo de visionarios que imaginó un anfiteatro donde hasta ese momento había un basural.
El pibe del que les hablo terminaba de trabajar junto a su padre y corría al campito, de pantalón corto, para entrarle a la pelota. Quiso el destino que con el tiempo fuera ídolo de Alumni.
Y ahora que la ciudad ya huele a fiesta, medio siglo después, se acerca a EL DIARIO con una poesía dedicada a ese gigante de cemento que desde el río vio nacer”.
Sin cuenta, te vieron nacer,
A orillas del Río Tercero,
Donde el cantor enamorado aquel,
Le cantó a Villa María primero.
Sin cuenta, pasaron los años,
Entre esperanzas y alegrías,
Con el continuo crecimiento,
De tu estructura día a día.
Sin cuenta, llegaron para conocerte,
Incontables sorprendidos visitantes,
Y con ellos, un sinfín de aplausos,
A tus afamados músicos y cantantes.
Sin cuenta admiran tu grandeza,
Y la magia de tu imagen actual,
Para magia de los habitantes de la Villa,
Eres una obra de dimensión colosal.
Cincuenta son todos los años,
De maravilloso esplendor que regalaste,
¡Es un país el que hoy te saluda!
Agradecido por lo que brindaste.
¡Cincuenta años, Anfiteatro!
Junto al Tito Suárez y a la Agrupación,
Y en este emotivo aniversario,
Hasta Los Haravecos… te cantan una canción.
Bocha Mazzini