Se trata de Carlos Salguero, quien está detenido desde el 5 de agosto del año pasado. Durante un operativo conjunto, la Federal y la FPA secuestraron un paquete con medio kilo de cocaína compactada y siete envoltorios con otros 14 gramos del mismo estupefaciente
Un presidiario con frondosos antecedentes policiales y penales, entre los que figuran un homicidio ocurrido en 1993 y un asalto a mano armada perpetrado una década después, fue condenado ayer en los Tribunales de Villa María por vender cocaína con la modalidad “delivery” en barrio Los Olmos de esta ciudad.
Carlos Gustavo Salguero (49) recibió una pena de cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo, que deberá cumplir íntegramente, luego de ser declarado autor responsable de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” durante un juicio oral y público sustanciado en la Cámara del Crimen local.
Salguero fue detenido por personal de la Policía Federal y de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) cuando circulaba por calle Lácar a bordo de una camioneta Peugeot de color blanco en la que llevaba un paquete con medio kilo de cocaína compactada, siete envoltorios de nailon que contenían otros 14 gramos de la misma droga (a razón de dos gramos cada uno), una balanza de precisión y 2.000 pesos en efectivo, producto de la venta de esos estupefacientes.
En plena calle
El operativo se produjo al caer la noche del viernes 5 de agosto de 2016, frente a los monoblocks del populoso barrio villamariense, donde los efectivos interceptaron el sujeto en plena vía pública y sin que éste opusiera resistencia, en momentos que realizaba su tarea como “delivery”, es decir, entregando la droga a domicilio.
En realidad, Salguero estaba siendo investigando desde hacía varios días, precisamente por estar sospechado de vender cocaína en distintos sectores de la ciudad.
A poco de iniciada la audiencia de debate y tras la lectura de la pieza acusatoria, Salguero decidió prestar declaración y en la oportunidad negó que los elementos secuestrados fueran de su propiedad, aduciendo que se los habían “plantado” durante el operativo.
No hubo testigos
En tanto, como consecuencia de un acuerdo previo entre el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y la abogada defensora, Liliana Domenella, se resolvió incorporar “por lectura” toda la prueba colectada en el expediente, por lo que no se receptaron pruebas testimoniales en la sala y se pasó directamente a los alegatos.
En sus conclusiones, el acusador público no solo mantuvo la acusación original, sino que además argumentó que toda la droga había sido hallada en poder de Salguero, de modo que “no hay motivos para dudar que le perteneciera, tal como consta en el acta de secuestro, y mucho menos que fuera para consumo personal, por la gran cantidad incautada”.
Finalmente, solicitó una pena de cuatro años de prisión, que deberá cumplir de manera íntegra por tratarse de un convicto reincidente.
Objeciones, pero…
A su turno, la letrada radicada en Villa Carlos Paz cuestionó el procedimiento en el que fue apresado su cliente al afirmar que los policías “consiguieron testigos una hora después de comenzado”, poniendo así en tela de juicio la legitimidad del operativo.
Sin embargo, durante la instrucción de la causa Domenella no pidió la nulidad del acta de secuestro y en la víspera aceptó incorporarla al debate sin objeciones.
En la parte final de su alegato, la defensora solicitó la absolución de Salguero al sostener que los envoltorios que le incautaron eran para consumo personal. Subsidiariamente, pidió la pena mínima (tres años) por “tenencia de estupefacientes”.
Otras condenas
La de ayer no fue la primera condena que recibe Salguero en su casi medio siglo de vida (cumplirá los años el próximo 27 de septiembre).
El 29 de agosto de 1994, la Cámara del Crimen de Villa María le impuso una sanción de 12 años de prisión por un homicidio cometido a fines de 1993 en un bar de esta ciudad.
En los primeros días de abril de 2003, Salguero se evadió del Establecimiento Penitenciario Nº 5 cuando se encontraba en la denominada “fase de confianza” e incluso le quedaba poco tiempo para alcanzar la “libertad condicional”.
Apenas un mes después de la fuga, el 5 de mayo, el convicto fugado junto a otros tres delincuentes asaltaron el bar-almacén “El Lucero” de Alto Alegre, de donde se llevaron una importante suma de dinero en efectivo y otros objetos de valor.
En tanto, el 8 de agosto de ese mismo año, Salguero y otro conocido presidiario villamariense ingresaron armados a la maderera de Osmar Negrete, en avenida Presidente Perón al 1000, cuando se realizaba el arqueo de caja, y se apoderaron de 10.000 pesos en efectivo (por entonces era mucho dinero) y 100 dólares, pero cuando escapaban encontraron el portón cerrado y fueron detenidos por la Policía luego de un intercambio de disparos.
El 16 de marzo de 2005, en un juicio abreviado, Salguero fue condenado a seis años de cárcel como coautor de “robo calificado por uso de arma” (por el asalto de Alto Alegre) y “robo calificado por uso de arma en grado de tentativa” (por el frustrado robo a la maderera). Sin embargo, esa pena debió unificarse con aquella de 12 años aplicada en 1994 y que tenía pendiente, por lo que se le impuso una única sanción de 16 años y medio de cárcel.