Celebrado por actores en el mismo momento de su envío al Parlamento, el proyecto también caló profundo en “el interior del interior”
Hoy los artistas tenemos ante nosotros la posibilidad de ver concretada una utopía que creíamos casi inimaginable. Hoy, quienes abrazamos con alma y vida la actuación /interpretación, podremos finalmente contar con un régimen laboral y previsional que nos proteja. Y esto cobra particular importancia para los actores/intérpretes que debemos recorrer muchas veces la extensa geografía de nuestro país sin ningún tipo de contención legal, quedando nuestra actividad supeditada al éxito del emprendimiento artístico de que se trate o al libre albedrío de un funcionario de turno.
Muchas veces desvalorizado y no reconocido, hasta por la propia comunidad en la que el actor/intérprete se encuentra inserto, era necesario que el rol del artista fuera reivindicado por los poderes del Estado. Reconociendo que su misión fundamental es poner en tensión la realidad social que le toca -y nos toca- vivir en esta sociedad.
Es por eso, que hoy este proyecto de ley que establece un régimen laboral y previsional para el actor/intérprete abre un camino inconmensurable en la legitimación de los que venimos haciendo teatro por décadas. Esta iniciativa del Gobierno nacional, forma parte sin duda alguna, de la reconstrucción social y de las conquistas económicas, sociales, educativas y culturales que viene logrando nuestro pueblo después del desastre neoliberal de los años 90.
Es en este marco, que podemos afirmar que muy pocas veces en nuestra historia un gobierno de turno ha apoyado tanto a la llamada cultura “nacional”, como así también a las denominadas micro-culturas del orden local y regional. Bienvenida entonces esta ley que legitima el rol del artista en nuestra sociedad. Un rol que muchas veces la televisión, los grupos empresarios, los grandes acompañantes de la globalización, han sabido detractar, haciéndonos creer que artista es sólo aquel que está en la televisión de la gran ciudad.
Nosotros no somos las estrellas de Buenos Aires ni lo pretendemos ser. Lejos de eso nos entusiasma ser referentes de lo que pasa hoy en nuestra ciudad, en nuestra Villa Nueva, y en nuestra región.
Bienvenida entonces esta oportunidad de que los artistas -como el resto de otros trabajadores- tengamos derecho a condiciones de trabajo dignas y a poder vivir y comer de nuestra profesión y de nuestro trabajo.
Apoyemos esta ley
Apoyemos entonces esta ley que repercute en todo el conjunto de la sociedad, porque cuando se amplían derechos la sociedad se vuelve más justa e igualitaria y un cambio de paradigma al interior de nuestra sociedad.
El reconocimiento, entonces, señora presidenta, desde los que venimos haciendo cultura desde hace varias décadas. Esperando que esta ley impacte en el colectivo de los más de 14.900 actores -que se hacinan- en Buenos Aires, y en los más de 1.700 de otras provincias. Reconocimiento que incluye también el fomento directo al desarrollo de los emprendimientos culturales de cada comunidad a través del Instituto Nacional del Teatro, del Instituto Nacional de Música, de la Ley de Medios, del proyecto del Instituto Nacional de la Danza y, por supuesto, de la creación del Ministerio de Cultura de la Nación.
Señora presidenta, era lo que se esperaba de usted, por eso se la eligió. Va entonces nuestro acompañamiento y nuestra incondicionalidad en este modelo de desarrollo cultural implementado en la última década. Con sumo placer me permito saludarla, desde el interior del interior, desde Villa María, Córdoba.
Los avances – El texto
La iniciativa enviada por Cristina Fernández al Congreso otorga el marco jurídico adecuado a las tareas que cumplen los actores y establece normas para garantizar los derechos de la seguridad social.
Como nota distintiva, estos trabajadores laboran en períodos de tiempo alternados, caracterizándose por la concentración de la tarea en períodos cortos, e intermitentes, con uno o varios empleadores.
Lo primero que prevé el proyecto de ley es reafirmar la existencia de la relación de trabajo y la aplicación de la Ley de Contrato de Trabajo, con las particularidad propias de la actividad y según también lo que prevén los Convenios Colectivos.
Esta reafirmación de la relación de trabajo, asegura la cobertura de todos los subsistemas de seguridad social: Salud, Asignaciones Familiares, Desempleo, Riesgos de Trabajo, y uno de los más ansiados: el derecho a la jubilación (también al retiro por invalidez y pensión) que contemple la particularidad de la prestación de la tarea.
Javier Adrián González Díaz, actor nacional
(Instituto Universitario Nacional de Arte)
presidente de la Fundación El Globo Rojo.
Coordinador del Teatro
Estable Villa María.