Los suplementos de proteínas son complementos que se utilizan cuando la persona necesita un «extra», ya que con la alimentación no llega a cubrir su requerimiento diario, y al ser batidos es más fácil ingerirlos. Algunos están compuestos por proteínas del huevo, suero de leche o de soja.
Sin embargo, las ganas de lograr el «cuerpo perfecto» llevan a muchas personas a consumirlos en exceso y sin la prescripción de un médico responsable. De esta forma, hacer ejercicio, estar en forma y lograr tonicidad muscular sin una dieta equilibrada y a costas del consumo de estos «polvitos mágicos» se está transformando en una moda peligrosa.
La especialista en nutrición Agustina Murcho explica que hoy en día hay una obsesión muy grande con «marcarse», sin saber las consecuencias que esto puede traer: «Lograr definición depende de varias cosas, una de ellas es la genética. También están aquellos que hacen deporte unos meses, comen sano y lo logran. Lamentablemente se cree que al tomarlos van a lograr el cuerpo deseado».
De ninguna manera están prohibidas, es más, hay quienes no llegan a cubrir los requerimientos energéticos del organismo y pueden consumirlas sin ningún problema. «Si la persona lo necesita realmente para complementar su dieta, puede ser útil. Depende del objetivo de cada uno y si realmente está dedicándose al deporte y al cuerpo», detalla Murcho.
Y agrega: «También se pueden usar para regenerar las fibras que se rompieron durante el ejercicio. Cada persona tiene su requerimiento, aunque todos deberían saber que siempre es mejor comer un alimento natural en lugar de algo sintético».
Lo que hay que tener en cuenta es que la calidad de las comidas no es igual a la de los polvos y aunque se piense que es difícil encontrarlas, esto no es así. Clara de huevo, lácteos, carnes rojas, pollo, pescado, quínoa y soja son algunos de los productos que ayudan al aumento de la masa muscular, entre otras cosas.
El peligro principal son los problemas renales. Si al organismo ingresa una cantidad excesiva de proteína, ésta no va mágicamente al músculo y todo lo que no se utiliza se elimina por riñón, lo cual genera un «trabajo» extra.
«Varios nefrólogos han contado que las salas de diálisis están llenas de personas que consumieron de más este producto. Que hoy el análisis nos dé bien no quiere decir que más adelante no vayamos a tener problemas. Por eso, hay que estar seguros si son necesarios consultando con un especialista. Una insuficiencia renal no es chiste y puede ser mortal», explica la especialista en nutrición.
Otras consecuencias son la aparición de acné, inflamación abdominal, gases y osteoporosis. Esto pasa porque las proteínas tienen pH ácido y como el cuerpo necesita contrarrestarlo lo hace sacando calcio de los huesos, ya que éstos contienen pH alcalino.
«Tanto la acidez como la alcalinidad en el organismo traen problemas para la salud, por eso el cuerpo se encarga de corregir los diferentes pH y con el exceso de proteínas lo hace de esta forma. Por eso hay que tener en cuenta que su consumo excesivo puede ser fatal en algunos casos», detalla la especialista en nutrición.
Fuente: Panorama, Santiago del Estero