
Durante varias semanas, los viajeros se internan en la sociedad estadounidense, hablan su idioma y recorren sus principales instituciones

Mónica Scarafía, la vicedirectora del IPET 49 Domingo Faustino Sarmiento, conocida como la Escuela del Trabajo, partió recientemente hacia Estados Unidos en su rol de coordinadora de un grupo de jóvenes y adultos de nuestro país y el Uruguay como parte de un proyecto denominado “Homestay English Inmersion Program”.
Siendo una exbecaria de Fulbright (programa competitivo de ayudas de estudio para intercambio de titulados superiores estadounidenses y de los países miembros como Estados Unidos), Scarafía fue convocada para llevar personas interesadas en aprender el idioma inglés y conocer bien de cerca a la sociedad y la cultura norteamericanas.
Por ende, la profesora viajó a principios del julio hacia la ciudad de Greystone, en el distrito de Rhode Island, junto a 16 personas, entre ellas el ingeniero Beltramone, la directora del Ipetym 99 Rosario Vera Peñaloza, la directora de la academia Rainbow junto a algunos de sus alumnos, estudiantes del Trinitarios, Manuel Belgrano y la UNVM, una joven de 17 años de Bella Vista (Corrientes) y una madre e hija de Punta del Este.
“Uno puede ir a Estados Unidos pagando una excusión, pero a la mayoría de las cosas las mirás desde afuera. En cambio, a través de estas oportunidades que posibilitan los becarios Fulbright podés entrar a escuelas, universidades y hasta vivir en una casa de familia, que de otro modo sería imposible”, remarcó Scarafía.
De visita
Hasta el momento, la delegación ha recibido clases por la mañana y asistido a bibliotecas públicas y a iglesias, al igual que a la Universidad de Harvard en Boston; ha viajado hasta Washington, donde los integrantes pudieron recorrer el Capitolio, la Casa Blanca, monumentos y museos, como también a una escuela de rock y de artes; y en estos días se dirigirán a Nueva York, donde visitarán la escuela Manhattan Village Academy, a cargo del director Héctor Geager, quien ha arribado años atrás a Villa María.
“Alquilamos un yellow bus (el característico colectivo amarillo escolar) y viajamos todo el día. Después tenemos tres comidas diarias (desayuno con huevo y jamón), que son típicas del lugar, y nos quedamos en una casona grande con ocho cuartos. Y donde vamos hablamos todo en inglés, en la casa, en las clases y en los paseos. Vivimos como se vive aquí”, graficó la docente.
Para integrar el grupo, Scarafía contó que cada miembro abonó los aéreos más estadías y comidas (que implican alrededor de 1.100 dólares).