

Escriben Juan Pablo Morre y Beto Arce
Fotos Osvaldo Carballo y Victoria Araujo
Emocionado, con los ojos llenos de lágrimas, recibiendo abrazos, besos, agradecimientos… Mauricio “Chopo” Morales logró su tercer título de manera consecutiva y la felicidad lo desbordó. Entre amigos, compañeros y familiares, el entrenador estalló en llanto tras el pitazo final de Espinoza, y ante una Leonera colmada tocó el cielo con las manos, obteniendo el campeonato más preciado, con su querido Alem.
“Cuando llegué dije que era para ser campeón y aunque a veces los sueños no se concretan, cuando se alimentan están más cerca. Finalmente se nos dio: es un sueño cumplido. Acá lo tengo a Darío, que vino desde Buenos Aires para ver la final, y él también creyó en que esto era posible… estas son las cosas que genera Alem”, fueron sus primeras declaraciones, ya como campeón con el León villanovense.
En cuanto a la decisión de jugar en La Leonera, expresó: “Creo que no le erré en querer jugar en La Leonera, porque dudo que en Plaza Ocampo lo hubiésemos ganado. Se notó aquí que el partido fue muy ajustado y seguramente la historia sería distinta si definíamos en la Plaza”.
“Me siento tranquilo por la decisión y por ver feliz a nuestro pueblo. Es la primera final que se juega acá y estamos en la historia del club, pero más allá de eso había una necesidad de darle un título urgente a una institución tan grande como ésta”, continuó y, en la faz personal, destacó: “Obviamente que en lo personal no podría sentirme mejor. Es difícil lograr un título, imaginate tres. Algo estaremos haciendo bien, pero esto sería imposible sin estos jugadores que entienden a la perfección cómo resolver situaciones decisivas. Estoy muy orgulloso de este equipo”.
Sobre las razones del título, describió: “Alem salió campeón porque tiene un grupo comprometido, porque es intenso, porque es agresivo… no podemos decir que tenemos mucho fútbol porque realmente no es así. Con lo que teníamos había que lograr el máximo rendimiento. Cuando agarré la conducción con la segunda ronda en marcha hice algunos retoques, moví algunas piezas, me jugué a otro estilo y se nos dio. De todos modos, si no hay hambre de gloria, es todo en vano”.
También destacó que “Rodrigo Márquez ha sido fundamental en el equipo. Al principio quería irse, pero él en el fondo sabía que conmigo iba a rendir, que en buenas palabras lo mimo y lo ubico en las posiciones en las que se siente cómodo para lastimar. Siempre confié en él, pero lo determinante es que él confió en sí mismo y no se entregó cuando se encontró con un mundo nuevo. Sabe que me tiene que agradecer siempre (se ríe)”. Y, a continuación, elogió a Pablo Suárez, su antecesor: “Tiene mucho que ver en todo esto. Antes del partido me habló y le dije que el 50% del logro le pertenece porque armó un grupo. Yo pude contribuir en cambiarle la mentalidad y la confianza que el equipo necesitaba”.
“Imposible no emocionarme”
Acompañado por sus familiares, Chopito además destacó: “Me resulta imposible no emocionarme al ser campeón con Alem. Ni bien finalizó el partido se te viene a la cabeza toda la familia, el sostén emocional. Pienso en mi viejo (se emociona). Lo metí en el vestuario para que presenciara la arenga junto a mi hijo. El había dicho que no servía hacer una buena campaña, solo un título te mete en la historia, y por eso dejar el apellido Morales en la historia de Alem es muy gratificante para una familia que ama estos colores”.
“También genera un enorme placer ver a chicos como Agosto y Fernández con los que fuimos campeones, hoy verlos desde el banco celebrar este campeonato, porque ellos como todos los demás entienden a pleno el significado de la camiseta de Alem, a la que rendimos respeto cada vez salimos a la cancha”, remarcó.
“Cuando llegué me preguntaron qué necesitaba y lo primero que dije fue: una camiseta tricolor, porque sin la verdadera no vamos a ningún lado. Se consiguió un juego viejo, pero faltaba una (la 14) que había sido regalada. La rastreamos y la trajimos para usarla. Esta camiseta tiene una historia y va derecho al museo”, apuntó.
Y, sobre lo que viene, indicó: “No sé qué pasará en el futuro. Yo siempre arreglé por un torneo en los equipos que estuve como jugador y entrenador. Habrá que replantearse el camino a tomar. Obviamente que uno tiene anhelos de probarse en otro nivel, pero todo será cuestión de tiempo”.
Números
45 goles anotó Alem en todo el Apertura, siendo el equipo que más goles marcó en el torneo, escoltado por Deportivo Argentino, que anotó 41 con dos juegos menos. De esos 45 goles, 24 los convirtieron su dupla de ataque, Páez-Márquez, quienes anotaron más del 50% de las conquistas del campeón.
0,90 el promedio de goles en contra que recibió Alem en los 20 partidos, siendo el coeficiente más bajo del torneo, escoltado por Argentino y Rivadavia, que promediaron 1 gol por partido.
13 goles marcó Maximiliano “Ojito” Páez en todo el campeonato, convirtiéndose en uno de los goleadores del campeonato al anotar la misma cantidad de tantos que Nicolás Delsole (Alumni), Ayrton Páez (Atlético Ticino) y Tomás Pratti (Universitario).