Se trata de Jorge “Leo” Marcoantonio, quien confesó haber sometido a una menor de su entorno familiar en barrio Lamadrid. En otro juicio abreviado, Emanuel Bernardi recibió una pena de un año en suspenso por hechos de violencia de género y pudo recuperar la libertad
Un carpintero de 32 años fue condenado ayer en la Cámara del Crimen de Villa María, luego que reconociera haber abusado sexualmente de una nena de su entorno familiar, en hechos cometidos en barrio Lamadrid entre diciembre de 2014 y agosto de 2015.
Al cabo de un juicio de trámite abreviado, Jorge Leonardo Marcoantonio recibió una pena de cinco años y cuatro meses de prisión de cumplimiento efectivo tras ser declarado autor responsable de “abuso sexual gravemente ultrajante”, pero “calificado por la situación de convivencia”.
Marcoantonio, más conocido como “Leo”, se encuentra detenido desde el 12 de agosto de 2015 (en un par de semanas cumplirá dos años), luego de que la madre de la niña denunciara los episodios registrados en fechas que no se pudieron precisar con exactitud, pero dentro del período antes consignado.
Como se trataba de una causa de instancia privada y la víctima es menor de edad, la audiencia de debate se realizó a puertas cerradas, en la sala ubicada en el quinto piso de los Tribunales locales. No obstante, pudo saberse que previo al juicio, la Fiscalía de Cámara, a cargo de Francisco Márquez, y la Defensa, ejercida por el abogado Eduardo Rodríguez, habían acordado la pena finalmente impuesta por el juez Félix Martínez si el acusado confesaba los hechos.
En efecto, tras la lectura de la pieza acusatoria por parte de la secretaria Gabriela Sanz, Marcoantonio se declaró culpable y posibilitó que el proceso oral y privado se abreviara, omitiéndose la recepción de pruebas testimoniales y, por ende, la revictimización de la menor abusada.
Durante los alegatos, tanto el fiscal como el defensor coincidieron en pedir la pena que habían pactado de antemano.
Si bien es la primera vez que el carpintero villamariense recibe una condena, razón por la cual podrá solicitar -oportunamente- la “libertad condicional”, para que se le conceda no solo deberá observar buena conducta durante todo el período de detención, sino que, además, tendrá que sortear con éxito una pericia psicológica que acredite que está apto para reinsertarse socialmente.
No obstante, la mayoría de los sentenciados por delitos sexuales generalmente tienen que cumplir íntegramente la pena o, a lo sumo, se les concede la “libertad asistida”, instituto legal que permite salir de prisión seis meses antes de final de la condena.
De no prosperar la condicional cuando complete los dos tercios de la sanción, Marcoantonio podrá dejar el penal de barrio Belgrano el 12 de junio de 2020, fecha en la que cumplirá cuatro años y 10 meses de prisión.
Condena y libertad
En tanto, en otro juicio de trámite abreviado, también sustanciado en la Cámara del Crimen local, el mismo juez Martínez le impuso una condena de un año de prisión de ejecución condicional a un hombre que reconoció haber golpeado un par de veces a su expareja.
Se trata de Emanuel Maximiliano Bernardi (32), quien fue declarado autor responsable de “lesiones leves calificadas reiteradas” (dos hechos) en perjuicio de Soledad Cristina Aimé, con la que mantuvo una convivencia de apenas tres meses.
El primero de los hechos se produjo por los desmedidos celos de Bernardi, quien golpeó violentamente a la mujer en un brazo luego que ella se negara a darle su teléfono celular porque aquel quería revisarle las conversaciones de WhatsApp e incluso borrarle los números de algunos contactos.
Poco tiempo después, a mediados de marzo pasado, el iracundo sujeto mantuvo una nueva discusión con Aimé y volvió a golpearla, pero esta vez fue detenido casi de inmediato ya que la pareja estaba a pocos metros de la sede policial ubicada en avenida Presidente Perón y Piedras, en barrio San Justo.
Luego de declararse culpable de ambos hechos de violencia de género, Bernardi no solo se mostró arrepentido por el daño causado, sino que admitió que era adicto a las drogas y al alcohol, sustancias que potenciaban su irascibilidad.
Como el fiscal Márquez y la defensora oficial Silvina Muñoz habían acordado previamente la pena que iban a solicitar, el ahora convicto primario pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la audiencia.
La sentencia impuesta a Bernardi (nacido el 21 de febrero de 1985) incluye que tendrá que someterse a tratamiento médico y psicológico y, además, deberá abstenerse de mantener cualquier tipo de contacto con Aimé. De incumplir algunas de las reglas de conducta aplicadas, quedará sin efecto la condicionalidad de la pena.