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Para mantener los valores en pie

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Para mantener los valores en pie
Rüedi: “La Alhambra de pie podrá hablar de nuestra nobleza comunitaria en el devenir de la Historia”

Escribe Rubén Rüedi HISTORIADOR 

El historiador reflexiona sobre el patrimonio cultural y la identidad de los villamarienses: “Un pueblo noble que supo desarrollar una ciudad de alta estima desde hace un siglo y medio”

Rüedi: “La Alhambra de pie podrá hablar de nuestra nobleza comunitaria en el devenir de la Historia”

La ciudad de Villa María es un paradigma de la pluralidad cultural.

Su identidad está conformada, justamente, por la multiplicidad de identidades, étnicas y lingüísticas. Desde los pueblos originarios que habitaron la región a la llegada de inmigrantes provenientes del Lejano Oriente en las últimas décadas, pasando por la fusión de indígenas con africanos que a esta zona llegaron como esclavos desde finales del siglo XVI, criollos, europeos occidentales y tanto mestizaje que aquí se forjó y también que llegó de allende los mares, como en el caso de los andaluces, que arribaron a tierras cordobesas en tiempos fundacionales ya con la impronta genética y cultural de los árabes.

Tanta diversidad nos fortaleció como pueblo. Porque la diversidad producto de las fusiones genéticas, fortalece y revitaliza a los humanos que conforman una comunidad y a su cultura.

Villa María y la región que la circunda son un paradigma de esta particularidad.

Y ese paradigma se refleja también en los simbolismos como en las expresiones culturales que la Historia fue catalizando con el paso de los años.

Allí está, por ejemplo, ese mensaje del pasado como un dardo de memorias arrojado al futuro que es la pintura de Fernando Bonfiglioli en el hall de la Asociación Española, donde La Alhambra de Andalucía, palmaria muestra intercultural árabe hispana resplandece desde hace más de 80 años y de la cual nadie tiene derechos a no ser para protegerla, como se protege la memoria y los valores comunitarios. Se trata de un tesoro patrimonial sin precio ni posibilidad de ser descascarado por una, dos o muchas monedas.

Cada centímetro del patrimonio artístico cultural de una comunidad vale más que todo el tiempo por venir, que todo el transcurrido y que los billetes que la mediocridad de los hombres pudieran generar desde su avaricia destructiva.

Ni siquiera la desesperante situación económica de una institución como la Asociación Española, que en 1890 nació para aglutinar a la mayor colectividad de inmigrantes que llegaron a la ciudad, amerita destruir un templo de la memoria comunitaria en el que silenciosamente transcurre el tiempo cultural de árabes y andaluces. Y de todos los villamarienses en general.

Cristianismo e islamismo velan desde el patrimonio histórico albergado en calle Mitre.

Y nadie cuenta con el derecho de pulverizar semejantes valores cobijados en la expresión artística que recrea La Alhambra. Su preservación o no hablará de nosotros ante generaciones futuras.

 

Un pueblo noble

Somos un pueblo noble que supo desarrollar una ciudad de alta estima desde hace un siglo y medio.

Seamos un noble pueblo que no permita derrumbar esa nobleza con la involución que significa destruir identidad cultural, memoria, patrimonio histórico, so pretexto del desarrollo, cuando solo se trata de miseria ética y trastorno de valores.

Sería bueno que si la Asociación Española se encuentra en dificultades económicas la comunidad lo supiera y en consecuencia actuara para salvar a la centenaria institución mediante colecta pública o recurso similar. De lo contrario, debemos suponer que el proyecto económico que incluye la destrucción de La Alhambra prioriza el particular interés económico de algunos por sobre tanto valor comunitario.

Si no es de interés general la destrucción en cuestión, algo que se descarta, no queda otra opción que clarificar un negocio ante los propios ojos de la Historia y de la ciudad que inerme mira como cae un símbolo único de su identidad, que le confiere valor distintivo en el contexto nacional.

A 150 años de la fundación de la única ciudad del país que cuenta con una obra de valor superlativo como La Alhambra y sus pinturas, que tantos años de porvenir no se vean oscurecidos por la gula económica de dos o tres circunstanciales protagonistas de nuestra vida ciudadana.

La Alhambra de pie podrá hablar de nuestra nobleza comunitaria en el devenir de la Historia.

La Alhambra convertida en polvo nos condena a un futuro colectivo tan sombrío como vergonzante.

 

Nuestra Alhambra, la película

La película Nuestra Alhambra, de Carolina Segre y María Eugenia Fiorenza, será exhibida con entrada libre y gratuita el lunes próximo en el Salón de Usos Múltiples de EL DIARIO. Para todos aquellos que no conocen la obra, para quienes la conocen y desean contemplarla desde otra perspectiva… En defensa del patrimonio de una entidad local y de todos.

 

El sábado, “Dos viejos pánicos” en el Globo Rojo

El próximo sábado, en el Teatro Globo Rojo se presentará la disparatada pareja que ya deslumbró a los cordobeses, Sebastián Salomón y Fernando Moyano, con “Dos viejos pánicos”.

La obra, dirigida por Jorge Pinus, relata la historia de una pareja conformada por Tabo y Tota, quienes inventan un juego para luchar contra el agobiante miedo que les rodea.