Un hombre que quiso asaltar a una quiosquera fue condenado ayer a dos años de prisión de cumplimiento efectivo, luego que confesara su participación en el hecho ocurrido el pasado 25 de enero en el casco céntrico de Villa María.

Se trata de Mauro Antonio Guendulain (35), quien en el marco de un juicio de trámite abreviado fue declarado autor responsable de “robo calificado por uso de arma de fuego cuya operatividad no se pudo acreditar, en grado de tentativa”, un delito que es castigado con penas de dos a cinco años de cárcel.

Guendulain, nacido el 17 de abril de 1982 y con domicilio registrado en Martínez Mendoza 826, en barrio Lamadrid de esta ciudad, fue detenido seis días después del frustrado robo en una vivienda ubicada en calle San Luis al 1100, donde estaba pernoctando.

El hecho que lo llevó a la cárcel se produjo en el quisco ubicado en Salta 1260, al cual llegó a bordo de una motocicleta Honda 250, de color negro y con vivos rojos, e ingresó como un supuesto cliente, tras lo cual le pidió a la propietaria, Belén Albornoz (26), una recarga virtual para su teléfono celular.

Cuando la joven se dio vuelta, Guendulain se puso el casco que llevaba en sus manos, extrajo un arma de fuego de entre sus ropas y bajo amenazas le exigió a Albornoz que le entregara el dinero que había en la caja registradora.

Sin embargo, la comerciante empezó a gritar pidiendo auxilio, lo que llamó la atención de algunos vecinos, que acudieron en su ayuda. En esas circunstancias, el asaltante salió raudamente del local, subió a su moto y se dio a la fuga con las manos vacías.

Poco después, Belén reconoció a Albornoz en un álbum fotográfico de la Policía, ya que estaba prontuariado por haber sido detenido por otros delitos contra la propiedad, que incluso lo llevaron a una primera condena penal.

El juicio sustanciado en la víspera fue presidido por la camarista Eve Flores y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez, del abogado defensor Jeremías Carot (de Córdoba) y del secretario Guillermo Picco.