
Con el gol tempranero de Valentín Cativelli, Española derrotó 1-0 al renovado San Lorenzo de Las Playas, que terminó con nueve por las rojas a Moroncini y Carranza

Escribe Alexis Zegatti
Con la esperanza renovada, un nuevo cuerpo técnico e “ideas” nuevas, San Lorenzo de Las Playas comenzó la segunda parte del año enfrentando a Asociación Española. El equipo del popular barrio villamariense tenía esperanzas de cambiar la imagen dejada en los últimos torneos, y si bien no pudo sumar de a tres, hubo un “shock” que influyó y, hasta mereció más en el Pozo de barrio Almirante Brown.
Enfrente estaba el Gallego, con algunas bajas sensibles (Giordano y Castillo) y las vueltas de Morello y Ardissino. El equipo de Valle lejos estuvo de su nivel y le costó demasiado ganar el encuentro. Pese a tener dos hombres de más durante un largo período, no supo aprovechar esos espacios y terminó sufriendo más de lo querido.
Desde el inicio las cosas comenzaron complicadas para el Santo, es que al minuto de juego una jugada peligrosa de González sobre Quiero (planchazo a la altura de la cabeza) lo dejó fuera del partido al volante. El diez del local fue remplazado por Adrián Rivera.
El Gallego no hacía pie. González, Acosta y Olmedo y el “tridente” central no lograban encontrar el balón para hacer jugar al equipo. Por esta situación Cativelli bajaba unos metros y pivoteaba. Así llegó la apertura del marcador a los 15m, cuando el centrodelantero guapeó y habilitó a Mignola que llegó al fondo y envió un centro para Mancilla. El “gordo” cabeceó imperfecto pero nadie despejo y apareció “Catigol” para empujar al fondo del arco: 1 a 0.
Parecía que Española despegaba, pero Cativelli se apagó y Acosta/Olmedo nunca despertaron. A partir de allí, San Lorenzo creció en el medio con la presencia de Moroncini y apostaba al mano a mano de Neri con Perón. El delantero ganó siempre, pero nunca logró terminar bien una jugada.
Aguirre entendió que la llave estaba en ese sector, y Neri se las arregló para complicarle la vida a su marcador que terminó siendo sustituido por una lesión a los 35m de la primera parte por Faidutti, que también sufrió las consecuencias del delantero.
El local, entonces, podría haber igualado o al menos tuvo opciones para ello. Primero fue un cabezazo desviado de Oviedo, luego un remate de Rivera tras pase de Moroncini y finalmente Delgado se lo perdió solo frente a Mancilla (el defensor se encontró con el balón y tardó una eternidad para definir).
En el inicio de la segunda parte, Mancilla se fabricó solo su espacio y tras recibir de espaldas remató, pero el tiro salió al centro del arco y contuvo el uno.
Cuando iban 7m nuevo golpe para el Santo: expulsado Moroncini por un fuerte manotazo a Olmedo. Sin embargo ese hombre de menos no iba a tener influencia en el resto del encuentro, pero la falta de contundencia del gallego, que pudo ampliar, mediante llegadas aisladas o intentos personales, porque a lo largo de los 90 minutos no se vio juego colectivo.
Ante ello y para darle mas dinamismo a la ofensiva, Valle apeló a Morello. “Nicota” volvió a jugar después de un largo periodo, pero demostró que no se olvidó y fue el único que intentó asociarse, pero el resto de sus compañeros seguían en otra sintonía.
La expulsión de Carranza a los 28m tras una fuerte falta a Faidutti, terminó de liquidar al equipo de Las Playas, aunque no hizo que sea una catástrofe ni mucho menos, porque a partir de allí, Cativelli comenzó a desperdiciar oportunidades.
Mientras Valle se lamentaba las opciones desperdiciadas, Sayaga se hizo un nudo, Bracamonte no logró salvar a su compañero y Basualdo y Rivera se molestaron al momento de definir.
San Lorenzo, pese a las bajas y las complicaciones demostró que los cambios hicieron ruido y ahora busca sumar sus primeros puntos del 2017; mientras que el Gallego sumó de a tres, mientras espera encontrar su mejor funcionamiento.
La figura
Mayco Martignago. Fue un valor fundamental para que su equipo no cayera por más goles, ahogándole el grito en diversas ocasiones a Cativelli. En la visita se destacó el panorama de Bracamonte para, desde el fondo, corregir los errores de los marcadores.
El árbitro
Luis Pérez. Alternó buenas y malas. Debió expulsar a González por una jugada peligrosa que lo sacó de partido a Quiero. En muchas ocasiones estuvo lejos de la jugada. Correcto en las dos expulsiones del local.