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El humano gesto de dos trabajadoras

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El humano gesto de dos trabajadoras
El lugar donde ocurrieron los hechos. Las protagonistas rechazaron recibir una recompensa

Yamila Pivetta y Sofía Gauna son empleadas de una estación de servicio. La persona que extravió la cartuchera con su valioso contenido contó lo sucedido y agradeció

La estación de servicio donde ocurrieron los hechos, ubicada en Lima y Carranza, Villa Nueva. Las protagonistas rechazaron recibir una recompensa

Dos empleadas de la confitería de la estación de servicio Oil Combustibles de Villa Nueva se encontraron con una cartuchera que contenía varios cheques, dinero en efectivo y algunas pertenencias y no dudaron en tomar la decisión de guardarla hasta encontrar a su dueño.

Son Yamila Pivetta y Sofía Gauna, quienes demostraron ser personas de bien al preocuparse por devolver el elemento con su valioso contenido. Osvaldo Rodolfo Soberbio fue quien olvidó sobre una mesa del bar el pasado miércoles la cartuchera y, tras recuperarla, quiso hacer público su agradecimiento a estas dos trabajadoras.

“Concurrí con un amigo a tomar un café y dejé sobre la mesa la cartuchera con varios cheques, dinero en efectivo y pertenencias. Dos chicas estaban a cargo y, al no reclamar nadie y tener que dejar su turno, lo precintaron y guardaron en la caja fuerte, comunicándoles el hecho a sus compañeras por si alguien reclamaba”, describió.

El jueves, al ingresar nuevamente al trabajo, Sofía y Yamila preguntaron si alguien había reclamado la cartuchera y al obtener una respuesta negativa, decidieron abrirla para ver su contenido, habiendo antes llamado a un superior.

Sorprendidas por el contenido, hallaron entre las cosas una tarjeta con un nombre y número, a quien llamaron inmediatamente.

Habían pasado 24 horas y, al recibir la llamada, Soberbio acudió inmediatamente a la confitería para recuperar el dinero y los cheques “en su entero contenido y forma”.

“No olvidaré jamas sus caras, sus ojos, sonrisas imaginando lo que yo sentía. En ese momento ofrecí dinero, vales de compra, pero no quisieron aceptarlo”, contó quien sufrió el extravío, y agregó que “fui a contárselo a uno de los propietarios de la empresa, me atendió y me agradeció mi comentario”.

“Cuando encontramos por nuestro camino a personas con valores, principios y honestidad que no ven las cosas desde su beneficio propio, sino desde el sentir del otro, mirás el cielo y decís: ‘Sí creo que con gente justa, honesta, digna y pura todo puede cambiar. ¿Hoy en nuestra sociedad cuánta será? Poca, no tanta, no importa… Soñemos todos juntos con confianza, con fe en Dios, que llegaremos a ser mayoría y seremos fuertes. Con confianza y valor valdrá la pena soñar”, expresó agradecido Soberbio.

“Gracias, Yamila Pivetta y Sofía Gauna, siempre las llevaré en mi corazón porque me enseñaron a creer y me demostraron que se puede ser diferente y que no todo está perdido”, concluyó.