Se llama Nicolás García Mayor, nació en la Argentina hace 35 años y es diseñador industrial. Fue nombrado por la Cámara Junior Internacional como uno de los 10 jóvenes sobresalientes del mundo por su contribución a la niñez, la paz mundial y los derechos humanos.
Nicolás es ingeniero industrial. Terminó sus estudios en 2001, en la Universidad Nacional de la Plata, después de vivir dos años en una clínica abandonada porque no tenía dinero para pagar el alquiler. Allí se le ocurrió la idea de un sistema de urbanización para implementar en situaciones de catástrofes naturales como terremotos o inundaciones. El sistema, bautizado CMAX System, permite a las personas afectadas que puedan ser refugiadas de inmediato, alimentarse y descansar durante la evacuación.
“La idea es que sea una especie de cajita con alas laterales en la que se genera un espacio de unos 14 metros cuadrados donde pueden vivir hasta 10 personas. Los mismos módulos se encastran y así se pueden armar de forma rápida en hospitales o escuelas”, explicó García Mayor a una emisora radial.
En 2012, cuando comenzó su proyecto, recibió un correo de la ONU para que lo presentara en Washington frente a distintas organizaciones. La idea atrajo al mundo porque el sistema de urbanización de emergencia no solo serviría para paliar los efectos de las catástrofes naturales, sino que también sería un salvavidas para los más de 50 millones de refugiados que hay en el planeta a causa de los conflictos bélicos.
“Luego de disertar me dijeron que mi idea era increíble, que hace 20 años buscaban algo así y que querían una cantidad importante del producto”, recordó el joven. “Les expliqué que era una tesis universitaria que buscaba apoyo, entonces me dijeron ‘bueno, de esto se va a enterar el mundo porque queremos que vengas a la asamblea de la ONU para que lo conozcan todos los presidentes. Fue como una película”.
El sistema CMax está confeccionado en propileno, aluminio y tela de poliéster y consta de una estructura central rígida, dos alas de material flexible que al desplegarse cuadriplican su tamaño, y dos patas telescópicas que separan el piso de la superficie, reduciendo el pasaje de frío y humedad. Cada módulo, que se puede armar en 11 minutos sin la necesidad de emplear herramientas, incluye un kit de supervivencia. Y mientras permanece plegado, el refugio puede apilarse porque es liviano, pequeño y fácil de almacenar.