La Policía Federal arrestó al aliceño en Santa Elena. El hombre está imputado por “defraudación por administración fraudulenta”, “lavado de activos”, “vaciamiento de empresa”, “asociación ilícita”, “evasión”… Ya está en Bell Ville y hoy sería indagado

Atraparon en Santa Elena, una localidad de Entre Ríos, al expresidente de la Asociación Mutual CAYFA, Roberto Mossano. Estaba radicado hace tiempo en una zona periférica, en la costa oriental del río Paraná y 150 kilómetros al norte de la ciudad del mismo nombre. Vivía solo, se dedicaba a la carpintería y usaba una identidad falsa.

El hombre de 68 años se encontraba prófugo de la Justicia desde 2009, cuando las imputaciones por diversos delitos fueron cayendo sobre la Comisión Directiva de la entidad que a mediados de 2008 se declaró en cesación de pagos frente a un millonario default, acabando con los sueños y los ahorros de miles de familias de una amplia zona, ya que contaba con filiales en siete localidades. La suma rondaba los 85 millones de pesos.

La denuncia de un grupo de querellantes contra los integrantes de la misma comisión directiva aliceña por presunta “asociación ilícita” cayó en el Juzgado de Control de Arroyito. La Cámara Federal de Córdoba había resuelto ya la unificación de todas las causas y recayó en el Juzgado Federal de Bell Ville, a cargo de Sergio Pinto.

Cuatro meses

Corría marzo. El juez Pinto conformó un equipo y comenzó a trabajar. La Justicia entiende que se trata de una pieza clave para desentramar lo que sucedió con la Mutual CAYFA.

Hoy Mossano sería indagado, pero está claro que podría abstenerse de hacerlo, sin perjuicio alguno.

Para llegar al hombre prófugo, los pesquisas trazaron en el tablero la posibilidad de intervenir cuatro líneas telefónicas, lo que demandó una ardua tarea de seguimiento. Al tiempo dieron con una pista: la comunicación con uno de sus tres hijos (Diego, Daniel y Patricia), afincado en la zona rural de Las Varillas. En esa zona viven los varones y la mujer en esa ciudad.

Los investigadores siguieron el rastro, triangularon datos y derivaron en tareas de rastrillaje y seguimiento en territorio.

Una delegación de la Policía Federal de Bell Ville, conformada por ocho suboficiales, quienes junto con ocho colegas de la Delegación Paraná de la PFA y personal de la División Informaciones de la misma institución avanzaron a partir de la vía del exhorto solicitada desde el Juzgado Federal de Bell Ville a Paraná, diligenciaron y llevaron adelante dos allanamientos. Del primero no se conocieron muchos detalles, pero el segundo, a las 17.50 del martes y cuando aseguraron que Mossano estaba en su residencia, puso fin a la búsqueda.

Sorprendidos

La detención de Roberto Quaranta, como se hacía llamar utilizando el apellido de su madre, no tuvo resistencia. Sin embargo, ante el despliegue policial en ese sector periférico de clase media, tranquilo, de casas bajas y a pocos metros de policías que viven en la zona, referencia para seguridad de los vecinos, descubrieron que ese sexagenario que amablemente oficiaba de carpintero en el tallercito montado en la parte trasera de su domicilio no era quien les había dicho ser.

Muchos se acercaron como a verificar que se trataba de ese hombre, hasta el comisario llegó a la puerta. Nada les había llamado la atención y estaban sorprendidos realmente.

Roberto vivía solo. Allá se apellidaba Quaranta y nadie lo conocía, ni como productor rural ni dirigente mutualista ni director de obras de teatro, como lo había sido en su pueblo, Alicia.