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Condenaron al cartonero que se hizo “famoso” en Oliva, en 2004

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Condenaron al cartonero que se hizo “famoso” en Oliva, en 2004
Paulo Altamirano, más conocido como “el cartonero de Oliva”, ayer fue condenado por hechos de violencia familiar en perjuicio de su exesposa

Paulo Altamirano recibió una pena de tres años de prisión efectiva y sigue detenido. En otros dos juicios, la camarista Eve Flores impuso sanciones de tres años en suspenso al también olivense Sebastián Gribaudo y de seis meses a un carnicero de Villa Nueva

Paulo Altamirano, más conocido como “el cartonero de Oliva”, ayer fue condenado por hechos de violencia familiar en perjuicio de su exesposa

El cartonero que se hizo “famoso” luego de haber encontrado alrededor de 40 mil dólares y valiosas joyas de oro en una caja con “facturas viejas” que le dieron en una mercería de Oliva, fue condenado ayer en la Cámara del Crimen de Villa María por una serie de hechos de violencia familiar cometidos entre 2006 y 2013 en aquella ciudad, principalmente en perjuicio de su exesposa.

Paulo Andrés Altamirano (58), quien se encuentra privado de la libertad desde mayo de 2016, recibió una pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo luego de ser declarado autor responsable de “lesiones leves calificadas”, “coacción”, “desobediencia a la autoridad”, “hurto calificado” y “encubrimiento”.

Se trata de siete hechos delictivos cometidos en 2006, 2007, 2010 y 2013, la mayoría de ellos en contra de su expareja, María Inés Bustamante, quien había denunciado amenazas y maltratos físicos en varias ocasiones, aunque los procesamientos se fueron acumulando y terminaron con la detención del cartonero hace un año y tres meses.

 

Después de 11 años…

Altamirano volvió a sentarse en el banquillo de los acusados, tal como lo había hecho en noviembre y diciembre de 2006, aunque en aquella oportunidad en el ya desaparecido Juzgado Correccional, que funcionaba en el entrepiso de los Tribunales locales.

El 5 de diciembre de ese año, el por entonces juez Correccional subrogante, Manuel Trigos, lo declaró culpable de “defraudación atenuada” -delito que no tiene sanción penal- y lo condenó a pagar una multa de 10 mil pesos (para mensurar la cifra, en esos días el dólar estaba a $3 y hoy ronda los $18. En la actualidad, aquella multa sería equivalente a 60 mil pesos).

El “cartonero de Oliva”, tal como se lo conoció en todo el país porque su caso tuvo trascendencia nacional, alcanzó notoriedad pública en mayo de 2004, casi un año después que una empleada de la “Tienda Los Vascos” de aquella ciudad le entregara (en julio de 2003) varias cajas que había en el sótano de la mercería que contenían papeles en desuso, como facturas de vieja data, y en una de ellas la dueña del comercio, María Emilia Bascoy de Aguirre, guardaba unos 40 mil dólares en efectivo y varias joyas de oro que le habían regalado sus suegros en España.

Con ese botín, Altamirano compró un par de autos usados, una casa, un quiosco y otros bienes muebles, hasta que fue denunciado por Bascoy de Aguirre, con lo que se inició el proceso penal en su contra.

Ayer, el hombre nacido en Oliva el 3 de febrero de 1959, recibió su primera condena de prisión por los hechos de violencia contra Bustamante, además de un hurto y un encubrimiento, pero como la sanción no superó los tres años, quedó a un paso de obtener la “libertad condicional”.

Para ello, su defensora, la abogada craikense María Cristina Valles, ya hizo el pedido formal y su excarcelación dependerá de la conducta que haya tenido Altamirano durante el tiempo que lleva en la cárcel y de una pericia psicológica que acredite que está en situación de reinsertarse socialmente.

 

Tres en suspenso por besar a una criatura

Sebastián Gribaudo en una foto que él publicó en la red social Facebook

En otro juicio sustanciado en la Cámara del Crimen local, pero a puertas cerradas por tratarse de un hecho de instancia privada, la jueza Eve Flores (la misma que condenó al cartonero) le impuso una sanción de tres años de prisión de ejecución condicional a Sebastián Lucas Gribaudo (40), luego que confesara haber besado y manoseado a una niña de su entorno familiar.

Gribaudo, alias “Seba”, es un transportista que vive en la ciudad de Oliva (trabaja como chofer de la Cooperativa Agropecuaria La Federación), que en 2014 fue denunciado por la madre de la menor, que por entonces tenía 8 años.

El sujeto fue declarado culpable de “abuso sexual simple agravado” y “amenazas” y recibió una pena en suspenso que le permitió mantener el estado de libertad.

Al igual que en el juicio a Altamirano, en esta audiencia también intervinieron el fiscal de Cámara, Francisco Márquez; la abogada Valles y la secretaria Gabriela Sanz.

 

Tercera condena para irascible carnicero

Finalmente, la misma jueza Eve Flores sancionó con seis meses de prisión de cumplimiento efectivo a Eduardo Alejandro Torres (41), un carnicero villanovense que en febrero pasado cometió el delito de “desobediencia a la autoridad” al violar una orden judicial de restricción que le impedía acercarse a su exconcubina, Patricia Alejandra Sarmiento (54).

Torres, quien se encuentra privado de la libertad desde entonces, registra otras dos condenas (2004 y 2015) por hechos de violencia de género en perjuicio de la misma mujer, por lo que en la víspera fue declarado reincidente.

En esta audiencia de debate intervinieron el fiscal Correccional, Horacio Vázquez; la defensora oficial, Silvina Muñoz (acordaron previamente la pena, por lo que el juicio fue de trámite abreviado) y la secretaria Marcela Mattalía.