Inicio Culturales “Siempre me alegro cuando compongo, aunque la canción que haga sea triste”

“Siempre me alegro cuando compongo, aunque la canción que haga sea triste”

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“Siempre me alegro cuando compongo, aunque la canción que haga sea triste”
Ana Prada (derecha) dialogó con Magalí Supertino ante alumnos de Música de la UNVM

Ante estudiantes recordó los inicios de su carrera. Durante el recital recorrió sus discos “Soy sola”, “Soy pecadora” y “Soy otra”

Ana Prada (derecha) dialogó con Magalí Supertino ante alumnos de Música de la UNVM
Ana Prada (derecha) dialogó con Magalí Supertino ante alumnos de Música de la UNVM

La cantautora uruguaya Ana Prada visitó ayer nuestra ciudad como parte de las actividades por el Día Internacional de la No Violencia, organizada por la Secretaría de Bienestar de la UNVM.

Además de brindar por la noche un concierto especial en el auditorio de la Universidad Nacional, teloneada por el grupo de Araceli Bonfigli, la artista invitada ofreció una charla abierta al mediodía en el teatrino de la institución de Nivel Superior.

Tras las palabras de presentación de la decana de Humanas, Gloria Vadori, Prada dialogó amenamente con la música Magalí Supertino sobre los inicios de su carrera.

Nacida en Montevideo, criada en Paysandú y con estancia estudiantil nuevamente en la capital uruguaya, la compositora recordó su apego por la naturaleza, acompañando a su padre (ingeniero agrónomo y músico amateur) en los campos y subiéndose a caballos de la zona. “En mi casa se escuchaba mucho folclore argentino y del Litoral, como también la trova rosarina. Cruzábamos a Colón para comprar los casetes. Además, conocíamos mucho de artistas que eran prohibidos durante la dictadura, como Viglietti o Zitarrosa”, rememoró.

Del mismo modo precisó que recién al volver a Montevideo logró conocer de lleno la movida del “candombe beat”, capitaneada en ese entonces por Rubén Rada. “Yo era más folclórica que rioplatense”, acotó.

Respecto a la afinidad con la sonoridad argentina expresó: “Para mí, la música tiene que ver más con un sentir regional que con límites geográficos”.

Por otra parte, apuntó que su formación académica en realidad osciló entre el Derecho, la Comunicación Social antes de desembocar en Psicología, sin dejar de lado al estudio musical. Estableció una dupla con Patricia Kramer (llamada Kramer versus Prada, con el cual se fogueó en bares) y el cuarteto La Otra, con el cual estuvo dos años ensayando antes de subirse a un escenario.

 

La composición

Asimismo, trabajó en un supermercado y dictó talleres de canto especialmente a adultos mayores. Hasta que en un momento su carrera tomó un vuelco cuando se animó a mostrar sus propias creaciones. “Yo defendía a ultranza el rol del intérprete, hasta que compuse mi primera canción. Fue ‘Amargo de caña’, que es media melancólica y la hice cuando extrañaba a mi familia. De todos modos, desde ese momento, siempre me alegro cuando compongo aunque la canción sea triste”, explicó.

Con relación a la autoría, señaló que “es importante localizar la idea o la emoción. Yo trato también de situarme en un paisaje y podar lo posible las metáforas. Para ello, sigo a Fernando Cabrera quien simplifica mucho las letras”.

Por último, reseñó su trabajo en conjunto con Teresa Parodi (mediante el disco “Y qué más”), con quien se conociera en un programa especial de Canal 7 en 2005 y se hicieran buenas amigas.