Consistió en un bypass en el cuello, desde la arteria carótida hacia la vertebral. Si bien la cirugía fue de seis horas, el movimiento más importante se dio en muy poco tiempo, ya que el cerebro no soporta demasiado sin sangre

El médico local Oscar Risso realizó una cirugía inédita en la ciudad por tratarse de una intervención de la arteria vertebral, a la que es sumamente difícil acceder.

“La operación es poco frecuente porque no hay muchos casos como los de este paciente, que con apenas 60 años tenía oclusión total en dos de las arterias que llevan sangre al cerebro”, comentó el cirujano vascular que llevó a cabo la intervención en la Clínica Marañón de nuestra ciudad.

Con esas dos arterias tapadas, solo le quedaban las otras dos, aunque ambas tenían lesiones significativas, incluso una de ellas contenía un stent que había sido colocado dos años antes.

Es por eso que se debió someter a esta cirugía “que en nuestra ciudad nunca antes se había intentado”, según relató Risso. Específicamente fue una intervención en los vasos del cuello, que van hacia el cerebro. “El cerebro no tolera mucho tiempo sin circulación, por lo que la operación tiene que ser rápida y precisa”, comentó el médico.

“Lo que se hizo fue un bypass para llevar sangre desde la carótida hacia la arteria vertebral”, explicó.

“La arteria vertebral es de muy difícil acceso, porque ni bien nace se mete en las vértebras y va pasando vértebra por vértebra por el lado de adentro, entonces hay que agarrarla justo entre el nacimiento y antes que entre en las vértebras del cuello”, afirmó el profesional.

Junto con Risso, participaron en la cirugía los doctores Esteban Lerda, anestesista, y Fernando Alaniz, a cargo de los cuidados posoperatorios.

“La operación en sí es muy corta, son dos suturas que demoraron 15 minutos de cada lado, el resto es la preparación y el posoperatorio”, detalló el especialista sobre la cirugía que se extendió en total por seis horas.

Risso indicó que, a pesar de las lesiones arteriales con las que el paciente llegó a la operación, “no había tenido ningún daño neurológico, ni un ACV ni una hemiplejía”.

“Pero sí empezó a tener síntomas progresivos debido a la falta de circulación, como por ejemplo perder el conocimiento o no poder mover la mitad del cuerpo y después se recuperaba”, señaló el cirujano vascular y agregó que son sensaciones previas a un ACV.

El paciente -un hombre de unos 60 años- fue operado un viernes y al domingo siguiente ya se encontraba descansando en su hogar.

“Estuvo un día en terapia, que es de rutina en este tipo de operaciones”, señaló Oscar Risso.

La operación la cubrió la obra social a la que se encuentra afiliado el paciente, el PAMI. “Es una persona diabética, con colesterol alto durante muchos años y hasta fue fumador en su época… se juntaron varias cosas”, comentó el médico consultado sobre las causas que pudieron haber llevado a la persona a esa situación crítica.

 Por último, el médico que encabezó la operación justificó lo novedoso de la cirugía: “No es común porque lo que le pasaba a este hombre no era una cosa común”.

“Lo raro era tener que hacer un bypass a la arteria vertebral, porque una lesión en una carótida se opera todos los días”, finalizó diciendo Oscar Risso.