Escribe Luciano Pereyra
Mariano Ceballos es el nombre de una calle de Villa María, en nuestros días nadie relaciona su nombre con la ciudad de Villa Nueva, y nada justifica su recuerdo en alguna nomenclatura.
Su raigambre familiar tiene origen el siglo XIX, hijo de Villa Nueva, tuvo una participación política activa y por cierto, muy destacada. Referente del Partido Demócrata en nuestra región y provincia, descendiente de dos personajes de gran actuación política-militar y educativa en el siglo XIX, nieto de Mariano Ceballos, juez de Alzada e hijo de Pío Rosa Ceballos, maestro Normal en la Escuela Bartolomé Mitre, uno de los primeros docentes profesionales de la provincia y cuyo nombre representó a una extinta institución de enseñanza media.
Su abuelo, Mariano Ceballos inició la descendencia junto a Baldomera Sánchez, de esa unión nacieron cinco hijos: Amado, Arcelia, Pío, Pedro y Leonila.
Por su condición de propietario y estanciero fue juez de Alzada en 1858, comandante General del Departamento Tercero Abajo en 1861, expropió sitios para ponerlos en producción, encabezó la comisión para ordenar el loteo de solares, su vivienda se encontraba en la actual esquina de las calles Comercio y San Martín, integró la Corporación municipal en la década de 1870.
Su padre, Pío Rosa Ceballos, nació el 23 de octubre de 1859 y fue bautizado como Mariano Fructuoso el día 27 del mismo mes en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario.
Fue el primer docente profesional de nuestra ciudad, graduado como maestro Normal en la escuela de Paraná. Allí conoció a Bonifacia Alvarez con la que se unió en matrimonio el 30 de junio de 1881. Tuvieron tres hijos, Mariano Pío, Pío José y María Bonifacia.
Nació el 28 de julio de 1882 en Villa Nueva, aprendió las primeras letras con su padre y realizó sus estudios primarios en la Escuela Bartolomé Mitre y en el Colegio San Pedro Nolasco de los Mercedarios de la ciudad de Córdoba, allí cursó sus estudios secundarios en el Nacional de Monserrat y los universitarios en la Facultad de Medicina, donde se recibió a los veintidós años. Paralelamente ejercía la docencia para costearse sus estudios.
Obtuvo las más altas calificaciones, se incorporó al servicio militar obligatorio en el Regimiento de Ingenieros Telegrafistas, donde participó de la Revolución Radical de 1905 en el bando rebelde, lo que provocó su destierro de Villa Nueva donde el caudillo conservador, José Altamira dominaba la realidad política.
Mientras esperaba la amnistía, por su participación en el movimiento sedicioso, ejerció su profesión en los pueblos de Isla Verde, Monte Maíz y Corral de Bustos.
Instaló su consultorio profesional en Villa María (donde sólo había tres médicos), fue médico del Ferrocarril Central Argentino, miembro del Concejo Deliberante y médico ad- honórem en Villa Nueva. Diputado y senador provincial y nacional, ministro, diplomático y gobernador interventor en Catamarca.
En 1908 se casa con Lucinda Casas, en 1910 es candidato a diputado provincial, se convierte en el primer hijo del Departamento Tercero Abajo en llegar a tan alta distinción. Fue profesor de Anatomía en la Universidad de Córdoba, participó de la Reforma Universitaria de 1918, separado del cargo y volviendo recién en 1924. En 1920 fue el primer hombre de la región en ser elegido diputado nacional. Fue constituyente, para la reforma de la Constitución provincial, en 1935 por desavenencias en el seno de su propio partido se alejó de la vida política realizando misiones diplomáticas en América del Norte, en pleno viaje, fue llamado por el presidente Agustín Justo para realizar la intervención federal en la provincia de Catamarca, donde realizó una transición democrática sin ningún sobresalto.
En el año 1967 con 85 años, este hijo de Villa Nueva pero con gran actuación en Villa María, accedió a participar en un trabajo de investigación de la Escuela Normal Víctor Mercante, el que nos permitió reconstruir la impronta del apellido Ceballos, cuya historia comienza a mediados del siglo XIX.
En 1945, en los albores del peronismo obtiene su jubilación, falleció en Buenos Aires en 1975, sus restos descansan en el cementerio San José de la ciudad de Villa Nueva , donde ni una placa recuerda su existencia, sí, la de su padre. En Villa María una calle lleva su nombre, el tiempo dirá en qué momento tendrá su merecido reconocimiento en su pueblo natal.
Cuenta la leyenda, que en 1910 fue elegido por la juventud de Villa María y Villa Nueva para enfrentar por la diputación departamental, a quien lo había desterrado en 1905, José María Altamira.
“…hombre honorable, bueno pero fuerte y muy absolutista e intransigente en el poder, respondía a los intereses del oficialismo, manejó el Departamento como amo y señor…”
“…la rica vida comunal era un claro testimonio de esa preocupación que se traducía en luchas apasionadas y, en muchos casos, violentas. Los órganos de prensa que aparecían estimulaban esas corrientes de opinión y eran, en muchas oportunidades, la palestra en donde se debatían en enconadas polémicas los problemas de la ciudad y los de carácter ideológico en especial, los de tipo confesional…”.(testimonio de Mariano Ceballos).
El caudillo Altamira puso como candidato a su cuñado, el inmigrante Suizo, Rodolfo Piattini, dueño del molino harinero, la prensa apoyaba la candidatura de Ceballos, menos el periódico “Tercero Abajo”, de tendencia clerical. En la víspera de la elección, corrió el rumor de que si Ceballos no renunciaba a su candidatura, sería asesinado, este tomó su caballo y cabalgó solo hasta la plaza de Villa Nueva enfrentando a los seguidores de Altamira quienes lo ovacionaron, esto provocó la renuncia de Rodolfo Piattini, la postulación de Carlos Piattini y el triunfo de Ceballos.
La candidatura de Mariano Ceballos estaba por fuera de los partidos en lucha, no representaba ni al Partido Autonomista Nacional (PAN), ni a la Unión Provincial (recordemos que el radicalismo se abstenía de participar). Fue realmente un movimiento de autonomía departamental que contribuyó a derrotar a un sistema insostenible, fue una conjunción de fuerzas contra el régimen operante. Su triunfo electoral lo llevó a ser el primer diputado provincial por el Departamento Tercero Abajo, antes de la Ley Sáenz Peña.
Cuentan que días antes de su primera campaña política, una gitana le tomó su mano derecha y le dijo: “… ¿Quieres que te la diga?…” miró las líneas de la palma, le clavó unos ojos negrísimos, rumió unas frases ininteligibles y le dijo sonriendo, “…Mozo lindo y bueno; serás afortunado en la vida, conquistarás muchos corazones y altas posiciones públicas…”. Ceballos le dio veinte centavos a la linda gitana. Nunca un capital tan pequeño rindió mayor interés.