José Luis Fardini recibió una pena de dos años y medio de prisión efectiva por un frustrado robo domiciliario, mientras que a Analía Fabiana Domínguez le impusieron tres años en suspenso por hechos de violencia y pudo recuperar la libertad luego de cuatro meses
Un joven convicto reincidente y una irascible ama de casa fueron condenados ayer en los Tribunales de Villa María, en sendos juicios orales y públicos que fueron presididos por la camarista Eve Flores de Aiuto.
Se trata de José Luis Fardini (28) y Analía Fabiana Domínguez (35), quienes recibieron penas de dos años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo y tres años de prisión de ejecución condicional, respectivamente.
Fardini, alias “Yiyín”, fue declarado autor responsable de “robo calificado por escalamiento en grado de tentativa” y por su condición de reincidente estará en la cárcel -como mínimo- hasta los últimos días de diciembre de 2018, mientras que a Domínguez la hallaron culpable de “lesiones leves”, “amenazas”, “desobediencia a la autoridad” y “robo”, pero como la sanción (primera que recibe) fue en suspenso, pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la audiencia.
Además de la jueza Flores de Aiuto, participaron de ambos procesos el fiscal Francisco Márquez y el secretario Guillermo Picco, mientras que como defensores intervinieron la asesora letrada Silvina Muñoz (Fardini) y el abogado villanovense Jorge Bustos (Domínguez).
Asalto frustrado
El 27 de diciembre del año pasado, alrededor de las 7.45, una vecina de barrio San Martín (San Luis y 17 de Agosto) salió al patio de su casa para sacar el auto por el portón que da a la calle y se topó con dos sujetos en el preciso momento que saltaban del techo con evidentes fines de robo.
Dispuesta a defenderse y defender sus bienes, la mujer enfrentó a los delincuentes y alcanzó a rasguñar a uno de ellos, aunque no pudo evitar que le quitaran las llaves del coche. Sin embargo, los ladrones decidieron darse a la fuga por donde habían llegado, pero en su huida arrojaron las llaves (o se les cayeron), que poco después fueron encontradas en el techo de la vivienda.
Lo que uno de los malvivientes no imaginaba es que la víctima lo había reconocido, justamente por vivir en el mismo barrio, a solo tres cuadras de su casa. Se trataba de Fardini, el sujeto que fue rasguñado en el forcejeo, quien con los datos aportados por la mujer fue detenido seis días más tarde (el pasado 2 de enero) en su domicilio de Balcarce y Tucumán.
En la víspera, al pronunciar su alegato, el fiscal Márquez sostuvo que Fardini y su cómplice (que nunca fue identificado) habían consumado el robo al llevarse las llaves del auto y pidió una pena de tres años de prisión efectiva por el delito de “robo calificado por escalamiento”.
Luego de que la defensora oficial solicitara la absolución, la jueza Flores de Aiuto decidió imponerle la condena antes descripta tras considerar que el asalto no se concretó y que se trató de una tentativa. No obstante, lo declaró reincidente, por lo que deberá cumplir toda la sanción y solo tendrá acceso a la “libertad asistida”, que permite la excarcelación seis meses antes del cumplimiento total de la pena.
Si prospera ese beneficio (por buena conducta y una pericia psicológica favorable), Fardini podrá dejar la cárcel de barrio Belgrano el 27 de diciembre de 2018. De lo contrario, tendrá que estar entre rejas hasta fines de junio de 2019.
En materia de antecedentes, cabe señalar que “Yiyín” fue condenado por primera vez el 23 de octubre de 2008 (un año en suspenso tras ser declarado “partícipe necesario de encubrimiento agravado”), mientras que el 3 de agosto de 2009 le impusieron una pena unificada de siete años de prisión (salió en 2015) por hechos de “robo calificado por uso de arma de fuego”, “robo simple”, “estafa”, “amenazas”, “resistencia a la autoridad” y “violación de domicilio”.
Celosa y violenta
En el otro juicio de la jornada, Analía Domínguez fue condenada por haber agredido a las hijas y a una expareja de su concubino, César Osvaldo Giménez, quien también está procesado en la misma causa, pero solicitó una “probation” (suspensión del juicio a prueba) y evitó tener que sentarse en el banquillo de los acusados.
Domínguez fue detenida a mediados de mayo, luego de protagonizar una serie de violentos episodios motivados por sus celos enfermizos.
La iracunda vecina de barrio Felipe Botta ejerció violencia física contra las hijas de Giménez y luego, en la vía pública, la emprendió a golpes y rasguños contra la expareja de su concubino. Además, profirió amenazas en su contra y le sustrajo un botón antipánico que la víctima tenía precisamente para defenderse de la agresividad de Domínguez.
Ocurre que la Justicia había dictado una orden de restricción que les impedía, tanto a Domínguez como a Giménez, acercarse o mantener cualquier tipo de contacto con la mujer.
La ausencia de antecedentes le permitió acceder a una condena de ejecución condicional y, con ella, recuperar la libertad ni bien concluyó el juicio, aunque ahora deberá someterse a un tratamiento psicológico que le permita controlar su ira y abstenerse de relacionarse de cualquier manera con la mujer que exacerba sus celos.