La arquitecta que participó del equipo ganador del concurso de ideas aseguró que “hay que volver a la bicicleta y a caminar” por ser Villa María una ciudad plana que, además, necesita disminuir el número de autos en las calles
María Cecilia Cherubini, integrante del equipo de profesionales que ganaron el concurso de remodelación del casco céntrico, cuestión que reflejamos en nuestra edición de ayer, se explayó sobre la mirada que tienen con sus colegas sobre las ciudades, específicamente sobre Villa María.
“Hay un cambio de paradigma al que nosotros apuntamos, hacia donde creemos van las ciudades en el futuro”, indicó.
La sostenibilidad de una ciudad, según detalló la arquitecta, está dada cuando no se necesitan de energías para que algo se sostenga.
“Por ejemplo, un árbol se sustenta solo si está bien elegida la especie para cada clima”, agregó. En este sentido, analizó que “hay como una constante, especialmente en los pueblos del interior, de negar el verde en el espacio público” y remarcó la necesidad de “incorporar más verde”.
Cuando se habla de sustentabilidad se hace mención, entre otras cosas, a los medios utilizados para trasladarnos de un lugar a otro.
“Villa María es una ciudad plana, las distancias son cercanas, entonces la vuelta a la bicicleta y a la caminata es un cambio de paradigma”, afirmó.
No obstante, admitió que tal es doloroso. “Duele, porque ahora estoy arriba de mi auto, por ejemplo. Duele, pero por algún lado hay que empezar”, expresó Cherubini.
La utilización de energías alternativas, el aprovechamiento del agua de lluvia para riego y el emplazamiento de huertas urbanas y cítricos en el espacio público son cuestiones que se buscará implementar en la ciudad, siguiendo la línea del proyecto ganador del concurso para refuncionalizar el casco céntrico.
“El paisaje urbano debe ser cuidado en todas las escalas”, manifestó y seguidamente hizo una analogía entre la ciudad y el cuerpo humano:
“La ciudad es como un organismo vivo que tiene su propio metabolismo. Para que sus protagonistas (los ciudadanos) tengan una mayor calidad de vida se necesita pasar por los tres ejes de existencia de forma equilibrada.
La parte que va de nuestro bajo vientre a los pies tiene que ver con el esfuerzo, el trabajo, pero también con las calles y su estado. La zona del vientre, donde se aloja el mundo de las relaciones, nos dice que en una ciudad tiene que haber lugares de encuentro.
En la cabeza están nuestros sueños, el mundo de la cultura, que no puede faltar en un pueblo”.
Por último, analizó que Villa María “le da la espalda al río” y necesita una tendencia hacia la costa.
