Los investigadores estadounidenses Jeffrey Hall, Michael Rosbash y Michael Young fueron distinguidos ayer con el premio Nobel de Medicina 2017.
La asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo dijo que los reconocía por sus «descubrimientos de los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano», es decir, nuestro reloj biológico.
«Sus descubrimientos explican cómo las plantas, los animales y los seres humanos adaptan su ritmo biológico para que se sincronice con las revoluciones de la Tierra», dijo la asamblea en un comunicado.
Sus investigaciones permitieron que «podamos echar un vistazo dentro de nuestro reloj biológico y dilucidar su funcionamiento interno», explicó la institución.
El reloj biológico es el responsable de que nos dé sueño por la noche e influye en nuestro humor, estado de alerta e incluso en nuestro riesgo de sufrir un paro cardíaco.
«Lo que esto puede hacer es concientizarnos más de la importancia que tiene la higiene del sueño y de lo relevante que es asegurarnos de que estemos yendo a la cama a una hora adecuada», afirmó Juleen Zierath, de la asamblea.
El premio asciende a 1,1 millón de dólares y es el primero de los Nobel que se anuncia cada año. Hoy se revelará el nombre del ganador del Nobel de Física; mañana, el de Química; el jueves, el de Literatura; el viernes, el de Paz y el lunes 9, el de Economía.
El Nobel de Medicina se concedió el año pasado al biólogo japonés Yoshinori Ohsumi por descubrir los mecanismos detrás de la autofagiacelular, el proceso de degradación y reciclaje de células.
Rosbash y Hall comenzaron a colaborar en la Universidad de Brandeis, en Boston, hace más de 30 años para estudiar el ritmo circadiano de la drosophila, la familia de la mosca de la fruta.
Ambos fueron los primeros en clonar el primer gen del ritmo circadiano de esta mosca en 1984.
En esa época, la relación entre la genética y el reloj biológico no era una idea que la comunidad científica aceptara con facilidad. Solo otro científico estudiaba este tema: Young.
Young ha investigado en la Universidad Rockefeller durante tres décadas la biología molecular y el carácter genético de los ritmos biológicos de la mosca de la fruta.
Su papel fue crucial para establecer la relación entre los genes y el comportamiento, ya que sus estudios ayudaron a descubrir muchos de los grupos de genes y proteínas que regulan el ritmo biológico de este insecto, según explica la Universidad de Yale.
Muchos aspectos de nuestra fisiología y de la de todos los organismos multicelulares guardan una estrecha relación con el reloj biológico.
Este regula a un gran número de genes para ayudar a nuestro cuerpo a adaptarse a las diferentes fases del día.
Estos estudios que utilizaron a la mosca de la fruta como modelo permitieron descifrar principios que resultaron válidos en el resto de organismos multicelulares.
«Desde que estos tres laureados realizaran estos descubrimientos trascendentales, la biología circadiana se ha convertido en un campo de investigación amplio y muy dinámico, con repercusiones en nuestra salud y bienestar», explicó la asamblea en su nota de prensa.
Los premios Nobel se entregarán el 10 de diciembre.
Fuente: BBC, Londres