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Todo acerca del glaucoma y sus síntomas

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Todo acerca del glaucoma y sus síntomas
Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera

Escribe Grupo de Médicos Oftalmólogos de Villa María Especial para EL DIARIO

El glaucoma es una enfermedad del ojo que le roba la visión de manera gradual. Por lo general no presenta síntomas y puede resultar en la pérdida de la visión de manera repentina

Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera

Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera. La buena noticia es que con exámenes oftalmológicos periódicos, la detección temprana y el tratamiento puede preservarse la vista.

Se lo define como una enfermedad del nervio óptico, producida por múltiples factores, entre ellos, el aumento patológico de la presión intraocular (PIO) por encima de los valores normales, que conlleva en forma directa a la producción de un daño de la cabeza del nervio óptico (papila) y este a su vez produce una pérdida característica del campo visual como consecuencia de la perdida de fibras ganglionares.

Aproximadamente, el 2 % de la población sufre la enfermedad, que en su forma primaria de ángulo abierto tiene mayor incidencia luego de los 50 años. Sin embargo, hay actualmente cerca de siete millones de ciegos por glaucoma en el mundo. Y de los afectados, la mitad no sabe que padece la enfermedad. Asimismo, se calcula que para el año 2020, el número de ciegos en el mundo aumentará un setenta por ciento.

El glaucoma es una enfermedad que puede heredarse. Si Ud. tiene glaucoma, sus familiares deben realizar una consulta con un oftalmólogo para descartar la posibilidad de tener glaucoma.

 

¿Cómo se produce?

La presión interna del ojo (presión intraocular o PIO) depende de la cantidad de fluido que se encuentre dentro del mismo. Si el sistema de drenaje del ojo funciona correctamente, el fluido saldrá libremente in acumularse. Así mismo, la producción de humor acuoso en cantidades adecuadas la mantiene estable. Su PIO puede variar a lo largo del día, pero por lo general se mantiene dentro de un rango determinado.

El nervio óptico está compuesto por más de un millón de fibras nerviosas pequeñas. Es similar a un cable eléctrico compuesto por muchos alambres pequeños. Cuando estas fibras nerviosas mueren, se desarrollan puntos ciegos en la visión. Puede que no note estos puntos ciegos hasta que hayan muerto la mayoría de las fibras del nervio óptico. Si todas las fibras mueren, se llegara a la ceguera.

En la mayoría de los tipos de glaucoma, el sistema de drenaje del ojo se tapa y el fluido intraocular no puede drenar. Al acumularse, causa un aumento de presión en el interior del ojo que daña al nervio óptico que es muy sensible, llevando a la pérdida de la visión.

Hasta hace un tiempo se pensó que la presión intraocular elevada era la causa principal del daño del nervio óptico. Aunque constituye claramente un factor de riesgo, ahora sabemos que deben intervenir otros factores, ya que las personas con presión intraocular “normal” también pueden sufrir de pérdida de visión por glaucoma.

 

Tipos de glaucoma

Existen tipos diferentes de glaucomas, el más común se denomina glaucoma crónico de ángulo abierto.

El glaucoma de ángulo cerrado (aunque es poco frecuente) es una emergencia médica.

Glaucoma de baja tensión o de tensión normal existe un daño en el nervio óptico y en la visión lateral en personas que tienen una presión normal del ojo.

Glaucoma congénito, los niños nacen con un defecto en el ángulo del ojo que demora el drenaje normal del líquido del ojo. Estos niños generalmente tienen síntomas que se pueden notar fácilmente como los ojos opacos, sensibilidad a la luz y lagrimeo excesivo. Si se realiza la cirugía a tiempo, estos niños generalmente tienen una excelente oportunidad de tener buena visión.

Glaucomas secundarios: se pueden desarrollar como resultado de complicaciones de otros problemas médicos:

  • Cataratas avanzadas
  • Glaucoma pseudoexfoliativo
  • Traumatismos oculares
  • Tumores del ojo o la inflamación del ojo (uveítis).
  • Glaucoma pigmentario ocurre cuando partículas del pigmento del iris se desprenden y bloquean el sistema de drenaje
  • Glaucoma neovascular es un tipo de glaucoma muy severo que está relacionado con la diabetes
  • Las drogas corticoesteroides pueden precipitar el glaucoma en algunas personas.

Es el oftalmólogo quien con una evaluación exhaustiva encuadrara el tipo de glaucoma de cada paciente, para de esa manera instaurar el tratamiento apropiado para cada caso en particular.

 

¿Qué síntomas tiene?

El glaucoma es una enfermedad silente, pues la PIO puede llegar a valores muy elevados sin que el paciente sienta síntomas importantes.

Sin embargo, si no es atendido, empiezan a notar que ya no ven como antes. Sin tratamiento, pierden lentamente su visión lateral (periférica). Es como si estuvieran viendo a través de un túnel. Con el tiempo, la visión central (hacia al frente) también puede disminuir hasta que se pierde por completo.

Otros síntomas pueden ser visión de halos de colores alrededor de las luces, cefaleas, cansancio en la fijación, y cambio continuo de anteojos.

 

Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado incluye los siguientes síntomas:

  • Dolor severo en los ojos o la frente;
  • Enrojecimiento del ojo;
  • Disminución de la visión, o visión borrosa;
  • Visión de arco irises o halos;
  • Dolor de cabeza;
  • Náusea;
  • Vómito.

Algunas personas pueden no presentar síntomas de glaucoma, pero pueden tener una presión ocular más alta de lo normal (llamada hipertensión ocular). Estos pacientes son considerados como «sospechosos de glaucoma», y deben ser evaluados cuidadosamente por un oftalmólogo.

 

¿Cómo se diagnostica?

Si bien un examen básico de glaucoma es imprescindible en todos los casos, los nuevos auxiliares diagnósticos, correctamente utilizados son de gran importancia. El examen completo incluye:

  • La PIO (presión intraocular) obtenida con tonometría de Goldmann, corregida según el valor del espesor centro corneal obtenido por Paquimetría . La tonometría dinámica de contorno (Tonómetro de Pascal).
  • La curva diaria de presión intraocular, ayuda a obtener un perfil fidedigno de la PIO en 24 horas.
  • Evaluación del seno camerular a través de una gonioscopia.
  • El campo visual el cual sigue siendo la mejor herramienta para evaluar el daño funcional.
  • La tomografía confocal del nervio óptico (OCT).
  • Fondo de ojos para evaluación de la cabeza del nervio óptico (retinografia).

Para realizar un diagnóstico precoz, se deben evaluar los tres pilares de la enfermedad: la presión intraocular (PIO), el estado de la cabeza del nervio óptico (papila) y el estado del campo visual (CVC).

 

¿Puede tratarse?

El glaucoma puede tratarse por medio de medicación, láser o cirugía. En general se trata de seguir un tratamiento de lo menos invasivo a lo más invasivo.

Comúnmente los medicamentos, sea en forma de gotas para los ojos o de pastillas, se usan primero para tratar el glaucoma. Algunos de estos medicamentos hacen que el ojo produzca menos líquido. Otros medicamentos ayudan a drenar el líquido del ojo bajando así la presión del ojo.

Los medicamentos para el glaucoma se usan varias veces al día. La mayoría de las personas no tiene problemas con el tratamiento.

Tratar el glaucoma de manera exitosa, es un trabajo en equipo entre usted y su médico. Su oftalmólogo le recetará el tratamiento para el glaucoma. Depende de usted en seguir las instrucciones de su médico y utilizar las gotas.

Una vez que esté utilizando las medicaciones para el glaucoma, su oftalmólogo querrá verlo con mayor frecuencia. Puede esperarse que deba verlo alrededor de cada 3–6 meses. Sin embargo, esto puede variar, dependiendo de los requerimientos de su tratamiento.

En la cirugía convencional, se hace una nueva apertura para que el líquido pueda salir del ojo. Su oculista le puede sugerir este tratamiento en cualquier momento. Generalmente se hace cuando los medicamentos no han podido controlar la presión del ojo.

Existen diferentes tipos de procedimientos quirúrgicos (además de la cirugía convencional), los cuales son específicos para cada caso en particular.

Aunque estos tratamientos pueden proteger la vista que le queda, no mejoran la vista que ya haya perdido por el glaucoma.

 

En conclusión

Una toma de PIO por el médico oftalmólogo, puede hacer a un diagnóstico precoz, convirtiéndose éste, en la mejor herramienta para el profesional y para el paciente. La no realización de este examen en la rutina, es un peligro muy importante. La tonometría es parte del examen oftalmológico básico que debe realizar el especialista a sus pacientes en todas las consultas. Es por eso que la mera indicación de un anteojo no es suficiente para el control visual.

En el mejor de los casos la pérdida de la función visual producida por el glaucoma, puede ser detenida desde el momento del diagnóstico, pero no recuperada. Es por esto que un diagnostico precoz hace la diferencia para la calidad de vida del paciente afectado por glaucoma.