En las veredas de la costa hay espacio para peatones y para ciclistas, pero mucha gente no lo advierte. Quienes circulan en bicicleta se quejan

Las personas que circulan en bicicleta por la costanera de Villa María lo saben bien, pero basta con detenerse a observar el comportamiento ciudadano en las veredas de ese sector para constatarlo: la mayoría de los vecinos todavía no advierte que hay bicisendas.

Es común ver que quienes caminan o trotan por las veredas de la ribera ocupan esos caminos sin respetar la división que fue generada para el paso de ciclistas.

Es una postal que se reitera y que a veces ofusca a quienes salen a hacer deportes en los vehículos de dos ruedas surcando el río Ctalamochita.

“Cada vez que ando en bicicleta tengo que estar esquivando a peatones que invaden la ciclovía. Además a veces se molestan cuando uno les dice que es el lugar para ciclistas”, advirtió Nicolás a EL DIARIO.

Alexis y Antonella coincidieron en que no pueden “cruzar la costanera tranquilamente por la bicisenda porque los villamarienses no han aprendido a respetarla”.

Cuando se recorre la zona se observa que el camino para estos rodados está bien señalizado, pero tal vez la mayoría no va prestando atención a las demarcación horizontal y entonces circula por la vereda sin advertir que hay espacio para todos.

Será cuestión de comenzar a advertirlo porque las bicisendas reducen los riesgos que los ciclistas tienen en las calles.