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Una sonrisa de esperanza

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Una sonrisa de esperanza
Tras el partido y la clasificación asegurada, los jugadores posaron felices y se pusieron a pensar en lo que viene

Con bajas importantes en su equipo y una semana difícil, Colón empató 1 a 1 con Juventud River y logró el otro pasaje disputado en una zona para el infarto. Los dos goles fueron de penal

Tras el partido y la clasificación asegurada, los jugadores posaron felices y se pusieron a pensar en lo que viene

Escribe Juan Manuel Gorno

Para desprenderse de la mala onda que lo perseguía, no sólo por las bajas en su formación, sino también por las dudas que sembraron los arbitrajes en su contra -tal cual la óptica de Lucas Morre- Colón necesitaba meter en el bolsillo su pasaje a cuartos de final y poner el foco en otros horizontes. Y lo hizo finalmente ayer, aunque sea con un empate (1-1) ante el último de la zona, Juventud River de Ausonia, que le propuso resistencia en un partido chato, olvidable.

No le sobró nada al equipo cabralense, al contrario, pero el punto sirvió para encaramarse entre los ocho mejores, mientras espera que vuelvan algunos jugadores que son fundamentales en su estructura.

Es que ayer jugó sin el propio Morre, Federico Tottis (lesionado), Joaquín González, Adrián Peralta y el delantero Diego Pereyra, todos habituales titulares que, en gran parte, volverán para afrontar la instancia decisiva.

Claro que nada puede justificar la falta de ideas que tuvieron los dos equipos en la víspera, cuando jugaron un primer tiempo prácticamente sin tirar al arco, hasta que sobre el final aparecieron dos penales y alcanzaron a mover el tanteador por un rato.

Colón, con falta de movilidad para tirar diagonales y acertar el último pase, controló un poco más la pelota en campo contrario, pero sin pulcritud en la elaboración del juego, entonces fue chocando seguido con la última línea de Juventud, que no mostró fisuras, a pesar de la poca precisión para salir jugando.

La tarea de recuperación de la Juve fue prolija, con dos centrales expeditivos y volantes rápidos para apurar sobre las maniobras de José Navarro, el cerebro del medio campo en el local; no obstante, cuando el equipo de Marcos Dutto tuvo la pelota quedó siempre lejos del arco de Federico Pedernera, quien apenas actuó en un par de salidas. Encima, en apenas 4 minutos se retiró lesionado uno de los delanteros del visitante, Gonzalo Piedrabuena, quien fue remplazado por Federico Delgado (metió una jugada individual, pero le pegó muy desviado).

Después de un bostezo enorme y cuando el cronómetro pasó los 40 minutos, el partido se encontró con las emociones.

Fue un lapso bien definido: a los 42 minutos, un centro peligroso fue peinado por Guillermo Carbajal y casi se mete en su propio arco.

A los 45’, tras una acción en pelota detenida, Gastón Ripa cayó en el área, a puro grito, y el árbitro del partido, Emanuel Murúa, cobró penal por una supuesta falta que prácticamente solo él pudo ver. Entonces Matías Bendazzi convirtió el 1-0 que parecía tranquilizar el panorama.

Sin embargo, a los 47’, cuando se esfumaba la primera parte y en un centro desde la derecha sobre el área de Colón, Agustín Tais la tocó con la mano y Murúa volvió a cobrar penal, ahora en el otro arco. Por eso Juventud empató en la definición de Franco Rojas, a pesar del tiro defectuoso que casi desvía el arquero.

El 1 a 1 dejó preocupado a todo Colón porque cualquier error en el segundo tiempo podía dejarlo con las manos vacías, ya que ganaba Alem y esperaba una victoria de la Juve.

Sin embargo, el equipo de Martín Conti trató de plasmar otra imagen en el complemento, a veces sin poder mostrarlo, pero con mayor énfasis en el juego ofensivo, a tal punto que puso a Tais y a Ramiro Giraudo frente al arquero en el inicio de la etapa, cuando se exigió el arquero Néstor Barbero para quedarse con la pelota en las dos oportunidades.

Juventud fue agrupándose cada vez más en el fondo y dependió mucho de algún arrebato personal de Franco Rojas para el ataque, muy poco para la solvencia de Luciano Luppo y los suyos. Apenas una corrida del ex-Rivadavia generó la duda cuando cayó en el área y protestó un penal que no se vio claro.

Colón volvió a perder profundidad y se aproximó en la mitad de la etapa con un disparo desde afuera del área de Matías Bendazzi que desvió el arquero Barbero.

Esa falta de voracidad en ofensiva, como le sucedió en el primer tiempo, estuvo a punto de ser cuando el partido moría y el árbitro cobró un tiro libre directo para Juventud, muy cerca del área rival, pero el remate de Giorgis salió afuera. Entonces el partido no tuvo vencedores ni vencidos, aunque Colón respiró profundamente, con el pasaje en el bolsillo. Y una sonrisa de esperanza.

 

Las figuras

Mendoza y Luciano. En un partido chato, los centrales de Juventud y Colón fueron los más destacados por seguridad en el mano a mano y la forma en que defendieron su zona, bien aguerridos y sin fisuras.

 

El árbitro

Emanuel Murúa. Demasiado dubitativo para ser creíble. Cobró un penal para Colón que casi nadie vio. Amonestó a un jugador (Estévez) en una acción que ameritaba la roja y se equivocó en otras situaciones que eran fáciles de resolver. Dio la impresión de que falta rodaje.