En estos días finales de octubre ocurrió un hecho que para los grandes medios no fue noticiable. Sin embargo, la persistente actitud de trabajadores que recuperaron y pusieron en marcha una fuente de trabajo en pleno centro porteño, a pasos de la tradicional esquina de Callao y Corrientes, obtuvo un nuevo “salvoconducto”
La fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Gabriela Boquín, pidió que se declare la inconstitucionalidad del decreto del presidente Mauricio Macri que vetó la ley que declaró de utilidad pública el inmueble del Hotel BAUEN, ubicado en pleno centro porteño, como paso previo a la cesión del mismo a los trabajadores que mantienen abierto el establecimiento, luego de que sus propietarios (que lo construyeron en tiempos de la última dictadura con un crédito estatal que nunca devolvieron) se declararan en quiebra.
La medida de la fiscal, tomada en base a un amparo presentado el 20 de marzo de este año, lleva a que finalmente se promulgue la ley de utilidad pública, que fue aprobada por el Parlamento y que lleva el número 27.344. Aquel mismo día del tercer mes del año, los trabajadores requirieron además una medida cautelar de no innovar, con el fin de evitar el desalojo que derivaba del decreto presidencial.
La fiscal Boquín señaló que es competente «por conexidad» para intervenir en el conflicto el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 9 y la Sala C de la Cámara Comercial, la cual el 12 de septiembre pasado dispuso en la mencionada quiebra la restitución inmediata del inmueble para el primer lunes de diciembre del corriente año y rechazó las articulaciones de la cooperativa de trabajadores que explota el hotel y logró sacarlo adelante tras muchos años de labor.
El proyecto legislativo que derivó en la ley 27.344 había sido sancionado el 30 de noviembre de 2016 y contempló la declaración de utilidad pública y la expropiación de los inmuebles y todas las instalaciones que componen el edificio del Hotel Bauen, ubicados en Callao 346, 350 y 360 de Buenos Aires, y todos los bienes muebles e inmateriales, incluidos marcas y patentes, que tuvieran relación con la explotación turística, social y comunitaria que se desarrolla en el hotel, según especificó el portal fiscales.gob.ar.
El proyecto establecía la cesión en comodato de los bienes expropiados a la Cooperativa Hotel Buenos Aires Una Empresa Nacional (BAUEN), para la consecución de su objeto social, con la condición de dar continuidad a las actividades culturales, educativas y sociales que desarrolla y mantener su actividad productiva como fuente creadora de trabajo.
También contemplaba que una parte de las instalaciones debía estar destinada para el desarrollo de prácticas educativas laborales y la celebración de convenios con universidades públicas para realizar prácticas socioculturales y relacionadas con las carreras de turismo, gastronomía, hotelería y cooperativismo.
Además, la cooperativa del BAUEN prevé destinar al menos 30% del hotel para brindar cobertura a pasajeros del turismo social y a las derivaciones médicas de todo el país efectuadas a través del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
«Han transcurrido siete meses y no solo no se ha dirimido quién es el juez que resolverá el tema, sino que tampoco ha sido tratada la medida cautelar solicitada», indicó la fiscal.
En ese sentido, Boquín recordó que existe doctrina que sostiene que el principio general indica que los jueces deben abstenerse de dictar medidas precautorias cuando el conocimiento de la causa no fuese de su competencia, pero que «en supuestos de excepción podrán hacerlo», a condición de que se trate «del dictado de una medida urgente que no admita demora y como único modo de proteger el derecho involucrado en la pretensión».
Explicó que, en el caso, la urgencia se encontraba configurada por la circunstancia relativa a que el desalojo fue establecido para el primer lunes de diciembre del corriente año.
Más que un hotel
Para el Movimiento de Fábricas y Empresas Recuperadas, para los trabajadores de la economía social en su conjunto, el BAUEN es mucho más que un hotel. Es la demostración cabal de lo que pueden ser capaces de realizar los trabajadores con esfuerzo y organización.
Con las puertas abiertas a sus pares de todo el país, al turismo social y especialmente al de la tercera edad, se convierte en un punto de referencia, de visita no obligada, sino deseada, en oportunidad de estadías en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Pero, además, es un oásis lleno de actividadades culturales, abierto a congresos que tratan temáticas de las más variadas cuestiones sociales y donde, además, se dictan clases con nociones de cooperativismo que indican que hay otra forma de encarar la vida laboral y económica.
La vienen luchando sus trabajadores y seguramente la van a seguir luchando; por estos días, con el aliciente de que una fiscal fue capaz de analizar el caso y atender las razones que vienen invocando.