Se exhibieron sellos precolombinos y se desarrolló un concierto a cargo de la dupla compuesta por Esteban Valdivia y el japonés Hikaru Iwakawa junto al platense Hernán Vargas de invitado
Esteban Valdivia, artífice del proyecto “Sonidos de América, explicaba a los presentes el porqué del nombre del disco “Amapola”, el cual venía a socializar. “Se trata de una flor muy utilizada en las experimentaciones alucinógenas orientales porque de allí se extrae el opio. Queremos que, de algún modo, la música que ahora están por escuchar les provoque el mismo efecto”.
Acto seguido, el quenista japonés Hikaru Iwakawa se disponía a ejecutar su instrumento desde las alturas de la Usina Cultural, mientras el platense Hernán Vargas rozaba ligeramente un cuenco tibetano a la vez que el propio Valdivia soplaba un caparazón de molusco gigante.
Durante una hora continuada el trío introdujo a los espectadores -muchos de ellos dispuestos con los ojos cerrados-, a una inmersión de texturas sonoras y meditación que venía a coronar una jornada especial dedicada al arte ancestral.
Sellos precolombinos
El miércoles pasado se llevó a cabo una serie de actividades desarrolladas desde “Sonidos de América”, una propuesta de investigación y exploración sobre las culturas antiguas de nuestro continente, impulsada en 2005 por el músico Esteban Valdivia (oriundo de Mar del Plata) y la realizadora y diseñadora Carolina Segre (de Río Cuarto), quienes se conocieron en las aulas de la UNVM donde ambos egresaron.
Meses atrás, la pareja se había instalado en España donde cursaron sendos trayectos de posgrado. A su regreso a estas latitudes, tenían intención de plasmar una jornada integral que diera cuenta de lo indagado hasta el momento.
“Nuestro proyecto se basa en la integralidad”, indicó Valdivia a este medio. “Queremos transmitir que un instrumento no solo es eso, sino que es sonido, cultura y contexto social. Por ello también se anexó una muestra de arte a cargo de Carolina”.
Segre, por su parte, exhibió un trabajo alusivo a sellos de cerámica precolombinos que además, como aspecto lúdico, fueron estampados provisoriamente sobre la piel de los asistentes.
Proyectos en vista con Gustavo Santaolalla
El recital contó con la participación de Iwakawa, uno de los quenistas más importantes del mundo con solo 28 años. Contó a EL DIARIO que se enamoró de tal peculiar instrumento andino un día que escuchó en su casa familiar un casete de “música del mundo” donde se podía apreciar al reconocido quenista humahuaqueño Mariano “Uña” Ramos.
“Volver a lo ancestral está en boga actualmente y por ello nuestra propuesta viene teniendo un gran auge a nivel difusivo”, señaló Valdivia.
A propósito de tal entusiasmo, Esteban comentó que recientemente conversó en Mar del Plata de forma fortuita con Gustavo Santaolalla, el multipremiado músico y productor argentino, quien se interesó en la experiencia de investigación sobre sonidos ancestrales.
“Santaolalla, más allá de los premios Oscar que ha ganado, siempre ha hecho una música escuchable con un toque espiritual”, añadió Valdivia, quien adelantó que probablemente el creador del grupo Arco Iris brinde un curso en conjunto en el inminente Centro de Sonidos que se inaugurará dentro de un volcán inactivo en Ecuador.