El viernes 27 de octubre dimos a conocer que el municipio prevé pagar el año próximo entre 80 y 100 millones de pesos en juicios “heredados”. El 5 de este mes develamos que el mayor monto corresponde a expropiaciones mal hechas. Pero… eso no es todo
“A cada paso que damos nos encontramos con una sorpresa desagradable; cada caja que abrimos, parece la Caja de Pandora”, refunfuñaba ayer un funcionario de segunda línea del Ejecutivo que conduce Martín Gill, mientras esperaba el ascensor en el hall de ingreso al municipio. Y subió por la escalera, como queriendo descargar energía negativa.
El cronista le siguió los pasos escalones arriba y contra un espejo del primer piso pudo saber a qué se refería: “Ahora resulta que (Miguel) Genovese nos pide resolver el comodato por la cava de barrio Botta”.
-¿La cava está bajo jurisdicción de la Municipalidad?, preguntó el periodista.
-Sí, al final de la gestión de (Eduardo) Accastello, en 2013, se le pidió la cava al propietario, por un lado para desagüe de barrios que se anegaban en ese sector de la ciudad y, por el otro, para tirar podas y escombros como relleno. Genovese la cedió en comodato por cinco años a cambio de que se le perdonaran los impuestos municipales y se le pagaran los provinciales, mientras pensaba qué hacer allí…
-¿Y cuál es el problema?
-Que no le pagaron los impuestos a la provincia, que está harto de que ustedes lo escrachen en EL DIARIO por las quejas de los vecinos… y que ya hace unos meses que metió una nota por Mesa de Entrada dando por caída la sesión por incumplimiento de parte nuestra… Lo está tratando de arreglar “el Tati” (Eduardo) Rodríguez, como a tantas otras cosas.
No es tan sencillo
Lo que parece un problema menor, algo así como “se le devuelve y listo”, no es tan fácil de resolver, por cuanto el enorme socavón que hizo la empresa de Benito Roggio para extraer tierra y elevar los terraplenes en los que se asentaron las vías de la autopista Córdoba-Rosario, sirve en verdad para el escape de aguas que causaban zozobra en barrios como el mismo Bota o el Nicolás Avellaneda. Pero, además, “el predio, de 15 hectáreas, estaba totalmente delimitado con alambrado olímpico de dos metros de altura que se fueron llevando con la modalidad del robo hormiga”, según el ladero del intendente.
“Para devolver eso hay que poner plata, pero tampoco se puede sin un proyecto de desagües… en fin, un q…”, agregó.
Silencio
En tanto, Genovese, enojado con este medio “por los escraches”, prefiere no formular declaraciones. En realidad, vecinos del sector se quejaron en distintas ediciones porque “es una mugre”, “tiran cualquier cosa porque no hay nadie que cuide la entrada y salida de camiones, entonces entra y sale cualquiera”, “los chicos van a pescar y se pueden ahogar”… Una y otra vez se hace mención a “la laguna de Genovese” o a “la cava de Genovese” o a “la cava de barrio Botta” y el empresario “está cansado, harto”.
Desde el entorno del titular del parador ruta 9 (empleados de uno de sus emprendimientos) confirman esto último y señalan, además, que su patrón “ya se perdió al menos un negocio interesante, cuando jóvenes empresarios le frecieron alquilar el sector que fue rellenado, para hacer canchas de fútbol cinco”.
“El tiene todas las máquinas para ponerles el césped, inclusive, pero hasta que la Municipalidad no resuelva, tiene las manos atadas”, añadieron.
El convenio que firmó Genovese con la administración que encabezaba Accastelo finaliza el año próximo. O sea que este problema que “le salió a flote” a Gill debería quedar resuelto en un tiempo perentorio.