Escribe Diego Bengoa DE NUESTRA REDACCION

Llamó a la unidad del proyecto. Sostuvo que son mentiras lo que se dice de la Central Termoeléctrica. Intentó instalar la idea de que no está en riesgo la continuidad del justicialismo en 2019 en el poder local

“No puede ser que un video sobre la Central Termoeléctrica, que sabemos que dice cosas que no son ciertas, tenga más reproducciones (en las redes sociales) que el de una obra como la que estamos haciendo, la de los desagües pluviales, que va a cambiar a la ciudad”.

Palabras más, palabras menos, eso es lo que dijo el intendente Martín Gill en una reunión que mantuvo con todos sus funcionarios y miembros del equipo de Gobierno que conduce la ciudad desde hace casi dos años.

Ocurrió en la mañana del sábado pasado, en el predio del Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (SUOEM), de barrio Santa Ana. Fue un encuentro denominado por muchos como “El Yuyal”, en alusión a similares actividades llevadas adelante por el exintendente Eduardo Accastello y que habían arrancado precisamente en el espacio de ruta 158 (de allí el nombre).

Hacía más de un año que Gill no reunía a todos los integrantes del proyecto político que encabeza. Decidió hacerlo con un austero desayuno (“basta de lunch”, expresó) previsto para las 8 de la mañana, que arrancó bastante después. Según las fuentes consultadas por EL DIARIO, el mandatario habló cerca de dos horas.

Allí les pidió transpirar la camiseta. Sostuvo que había que derribar la idea de que el peronismo va camino a perder la ciudad, teniendo en cuenta los resultados electorales que les fueron adversos al justicialismo en las últimas cinco ocasiones.

De acuerdo a lo que pudo reconstruir este matutino, Gill buscó instalar la tesis de que hay mucho para mostrar y que entonces se debe exhibir que el oficialismo puede seguir gobernando después de 2019, “para seguir transformándole la vida a la gente”.

Es que luego del triunfo de Cambiemos también en Villa María en los comicios legislativos de octubre, el justicialismo local, alineado al provincial, quedó golpeado.

El intendente utilizó un dato de la realidad para intentar demostrar que el electorado no ha plebiscitado su gestión en las PASO de agosto ni en la elección del mes pasado. Recordó que en 2015 ganó la Intendencia con el 48,6% de los votos (en esa oportunidad, Juan Zazzetti obtuvo el 39,6%) y que apenas una semana después se impuso Mauricio Macri en esta misma localidad.

En verdad, el 9 de agosto de ese año Daniel Scioli (por el kirchnerismo) y Macri estuvieron cabeza a cabeza en esta población, pero se impuso por más del 5% la alianza Cambiemos (al sumar las distintas boletas) sobre el partido que gobernaba la Argentina desde hacía doce años. Desde entonces el frente partidario que conduce hoy a la Nación fue cosechando cada vez más adhesiones en Villa María.

Volviendo a la reunión de Gill, el jefe comunal brindó un mensaje de unidad al interior del proyecto, hoy cada vez más lesionado por la interna entre dos líneas, la que revindica a Accastello y la que reconoce el liderazgo del intendente actual. Y en ese marco pidió trabajar todos juntos y salir a “contarle a la gente” lo que hace la gestión. En ese sentido aseveró que son mentiras lo que se dice en torno a la planta de MSU que se está construyendo.

Por supuesto, repasó las obras con financiamiento de la provincia, como las del puente, la apertura del bulevar España, el Centro Cívico, los desagües pluviales y la del Parque Pereira y Domínguez. De éstas, lleva meses de ejecución la de desagües (inició en febrero pasado); las demás están con el puntapié inicial o todavía no arrancaron.

Nunca mencionó a su antecesor en el cargo. Se lamentó de dirigentes que salen a criticar, y anticipó que ahora “saldremos a contestar”.

En el cónclave, también hubo posibilidad de dar el parecer sobre distintos puntos de la gestión, de manera anónima a través de un papel.

“Vamos a empezar a salir a contestar”, dijo el intendente

El mandatario resaltó que una semana después de ser elegido intendente ganó Cambiemos en Villa María.

Basta de chusmeríos

En el encuentro en el SUOEM, Gill dijo “basta de chusmeríos” y que no quería escuchar más distintas versiones en el interior del equipo. En un momento, señaló que los dirigentes que cuestionan a la gestión “no son parte de un convento”, dando a entender que ninguno es un ejemplo.

Si bien hizo referencia a los logros del proyecto político iniciado en 1999 con Accastello, nunca nombró a su antecesor en el cargo.