Katherine Zeratsky
ESPECIALISTA EN DIETETICA, ENDOCRINOLOGIA Y NUTRICION, MAYO CLINIC
Los cálculos renales de oxalato de calcio se forman cuando la orina contiene más de esas sustancias que del líquido que puede diluirlas. Cuando eso ocurre, el calcio y el oxalato forman cristales y si en ese momento la orina carece de las sustancias que impiden la aglutinación de los cristales, entonces se crea el ambiente ideal para la formación de los cálculos renales.
Parecería sensato decir que si el calcio y el oxalato forman cálculos renales, evitar ambas sustancias ayudaría; pero el calcio es una parte fundamental de la alimentación y el cuerpo lo necesita no solo para mantener sanos a los huesos, sino también para regular la presión arterial y sustentar la función muscular. Las personas que han tenido cálculos renales de oxalato de calcio necesitan consumir una cierta cantidad de calcio en la alimentación para evitarlos.
El oxalato, por su parte, es una sustancia natural que está presente en muchos alimentos y en niveles elevados, a veces, como en ciertas frutas y verduras o en los frutos secos y el chocolate; además, el hígado también produce oxalato. La leche de almendra y otras de origen vegetal (como la leche de soja) contienen calcio, pero también tienen oxalato. Y como se suele advertir a quienes tienen antecedentes de cálculos de oxalato de calcio que eviten los alimentos con alto contenido de oxalato, la leche de vaca que no contiene oxalato, pero aporta el calcio necesario, sería una buena alternativa.
La clave para evitar la formación de cálculos de oxalato de calcio es consumir la cantidad correcta de calcio. La recomendación normal es ingerir entre 1.000 y 1.200 miligramos de calcio diarios. Cuando uno consume bebidas o alimentos ricos en calcio con cada comida, la cantidad de oxalato absorbida por el torrente sanguíneo disminuye y eso reduce el riesgo de formar nuevos cálculos renales.
Lo mejor para evitar los cálculos es que el calcio provenga de los alimentos, no de las pastillas de calcio. Cuando de buenas fuentes de calcio se trata, los productos lácteos encabezan la lista. Fíjese en la etiqueta con información nutricional para saber cuánto calcio contiene un producto, una bebida o cualquier otro alimento.
Aparte de consumir la cantidad correcta de calcio, hay también otros cambios que usted puede hacer para disminuir el riesgo de cálculos renales de oxalato de calcio. Por ejemplo, es importante beber mucha cantidad de agua o de otros líquidos, así que beba unos 30 gramos de líquido por hora mientras esté despierto. La mejor manera de saber si usted bebe suficiente cantidad de líquido es observar la orina: debe ser casi transparente.
Además, es posible que deba reducir el consumo de alimentos ricos en oxalato. Es una lástima que las etiquetas alimentarias no mencionen el contenido de oxalato de los alimentos; pero tenga presente que ciertas frutas, verduras y otros vegetales (como los frutos secos) son los que mayor cantidad de oxalato contienen, mientras que las carnes, los huevos, los productos lácteos, el arroz blanco y los fideos generalmente son bajos en oxalato. Si su médico le recomienda restringir los alimentos con alto contenido de oxalato, considere reunirse con un especialista en dietética para evaluar los alimentos que ingiere.
Por otro lado, tanto el azúcar como el sodio pueden aumentar el riesgo de desarrollar cálculos renales, de manera que restringir ambos ingredientes en su alimentación también le ayudaría. Por último, demasiada cantidad de carne, pollo o pescado puede aumentar la probabilidad de cálculos renales; por lo tanto, restrinja esos alimentos a no más de 100 gramos en el almuerzo y 100 gramos en la cena.
Si desea más información acerca de los cambios alimentarios que pueden disminuir el riesgo para cálculos renales, converse con su médico o con un especialista en dietética. Esa persona puede guiar su selección alimentaria para reducir el riesgo de cálculos renales y al mismo tiempo aportarle la nutrición que necesita.