La reconocida psicopedagoga abordó el vínculo escuela-familia para mejorar la formación de los niños. Compartió conceptos y sentenció que no hay recetas

La reconocida licenciada en Psicopedagogía Liliana González compartió una tarde y conceptos enriquecedores en la Escuela Remedios de Escalada, de Tío Pujio.

La profesional arribó al establecimiento educativo alrededor de las 17.15 del martes, donde fue recibida por el director, Daniel Tisera, y el plantel docente de la institución anfitriona. Accedió a fotografiarse con algunos de ellos y padres, para luego en el Salón de Usos Múltiples (SUM) abordar su disertación de título acordado, “Devolver infancias entre escuela y familia”, como dos instituciones necesarias en la vida personal y escolar de cada niño.

González habló frente a unas 200 personas, en su mayoría docentes de la localidad, la vecina James Craik y Villa María, más público en general, sobre “una crianza basada en el amor y los límites”, lo que mencionó como “una moneda de dos caras”. También destacó la importancia del vínculo entre la familia y la escuela.

En su desarrollo, indicó que “a pesar de que la gente menciona que los chicos vienen con un chip distinto, vale decir que nacen igual, lo que cambia es la sociedad. Es necesario ponerse de acuerdo en cuanto a los vínculos. Por ejemplo, si el WhatsApp es una herramienta, debe ser utilizada para establecer acuerdos”.

La especialista postuló que “no es necesario que un niño de la primaria tenga un celular y que los niños no tendría que usar pantallas al menos dos horas antes de irse a dormir, ya que eso afecta su descanso y los dispone de diferente manera para asistir a la escuela al día siguiente”.

También dijo que “no hay que creer que todo está tan mal como suele mostrarse a través de los medios de comunicación (que más explotan), porque los chicos no deben percibir solo eso. Hay muchos chicos criados con amor, hay padres que no son violentos”. Y remarcó que “el amor también es poner límites”.

“Para nosotros fue importante cuando entregó el micrófono a los asistentes para intercambiar ideas y varias familias agradecieron la disertación de la visitante por parte de la institución, lo que se manifestó en que “todos se fueron movilizados”, sintetizó una de las docentes.

González hizo un pedido: “Los padres deben leer cuentos porque los chicos lo necesitan. Somos los padres los que no nos hacemos cargo de esa parte que nos toca y todo lo que es el lenguaje simbólico el niño debe desarrollarlo muy bien. Hasta los dos años no tendría que estar en contacto con ninguna pantalla, sino rayar, jugar a la pelota, con barro… un montón de juegos que antes eran moneda corriente y hoy ya no están”.

Defendió que “la tecnología no es mala, pero no hace falta que sea tan temprana”.

“Saber decir no y sostenerlo” fue una de las propuestas, aunque se disculpó en cuanto “no hay una receta”, al responder ante una consulta puntual: “No se trata de padres separados igual a chicos malcriados. No es eso, porque hay un montón de familias constituidas donde el chico pasa un montón de dificultades y otros tantos (casos) donde está solo la figura materna o la paterna y los chicos están muy bien”.