La psicóloga Noelia Benedetto compartió sus reflexiones acerca del tema, al que califica como un “problema grave”, ya que en lo social está “naturalizado” e “invisibilizado”
Continuando con la propuesta para la creación de un espacio de debate respecto de las prácticas actuales y reafirmando el lazo con la comunidad villamariense, la Delegación “A” Regional del Colegio de Psicólogos compartió las reflexiones de la licenciada Noelia Benedetto (MP 8136) acerca de la violencia de género.
“La clave para tomar como eje la violencia de género es que existe una desproporción. No es que ningún hombre sea víctima de cierto tipo de violencias, sino que hay cierto tipo de violencias que desproporcionadamente les afectan a las mujeres.
Por eso se habla de violencia de género: porque hay ciertos tipos de violencias en las que ser hombre o ser mujer es uno de los factores que aparece como relevante. Reconocer esta realidad no es una discriminación, es simplemente darla a conocer, que no pase desapercibida.
La conducta violenta se da por un intento de controlar la relación y es el reflejo de una situación de abuso de poder, por ello se ejerce por parte de quienes tienen el poder y la sufren quienes están en una posición vulnerable. Las relaciones de géneros son un campo de poder en sí.
Está claro que siempre es más sencillo ‘crear conciencia’ por un camino estatal; por eso la necesidad de sanción en 2009 de la Ley 26.485 de Protección Integral a las Mujeres.
Pero de por sí una ley no tiene eficacia simbólica y material si no cambia la sensibilidad ética de una sociedad. La ley es solo ornamento y esto lo vemos con el femicidio, que no paró de crecer, a pesar de todas las políticas públicas.
Actualmente es un problema grave porque, aunque existe una legislación, la violencia contra las mujeres en lo social está naturalizada, normalizada y, por tanto, muchas veces invisibilizada. Solo se vuelve tangible cuando existen moretones o huellas físicas.
Otros tipos, como la patrimonial, económica o psicológica, también son graves y generalmente anteriores a la física. Las víctimas no denuncian en todos los casos, ya que el daño emocional y psicológico de las mujeres que están sometidas a violencias es tan fuerte que muchas veces las hacen sentir culpables. Su autoestima está destrozada y es muy difícil que por sí solas vayan y presenten una denuncia.
Se puede evidenciar sumisión, tendencia al aislamiento, tristeza, rasgos dependientes, síntomas depresivos, miedo, angustia, sentimientos de desvalorización a sí misma, falta de autonomía y espacios de privacidad e intimidad, entre otros síntomas”.
En la agenda pública
“Es por ello que las luchas de las organizaciones de mujeres han permitido poner el tema en la agenda pública y han posibilitado una mejor conceptualización y tratamiento de este problema”.
Para finalizar, Benedetto dice que “es importante destacar que la sociedad constantemente produce y reproduce relaciones desiguales. Entonces, para poder cambiar esto hay que empezar a repensar la educación formal e informal en términos de igualdad y al mismo tiempo conversar, entender lo que nos está pasando y no solamente trabajarlo en el campo jurídico y educacional. Hay que revisar y desaprender lo cotidiano, deconstruir los mitos asociados al amor romántico, visibilizando así las jerarquías de poder y cómo las interiorizamos desde el nacimiento, lo cual implica que como ciudadanos nos involucremos desde nuestro espacio singular, comprometiéndonos desde una mirada reflexiva para construir vínculos cada vez más alejados de los paradigmas que promueven las desiguales sociales”.
Desde la Delegación del Colegio de Psicólogos invitaron a todos los que deseen acercar sus aportes a la temática planteada. Para ello pueden escribir a cppcvillamaria@cppcorganizacion.ar o bien llegarse personalmente a la sede de la institución, ubicada en Chile 823.