Aún no hay rastros del submarino ARA San Juan y la intensa búsqueda continúa, en medio de la angustia y la incertidumbre que viven los familiares de los 44 integrantes de la tripulación, entre ellos un villamariense, el teniente de navío Víctor Andrés Maroli.
La escasa -y en muchos pasajes contradictoria- información oficial abrió paso a un sinnúmero de versiones que empujan al sumergible, incluso, al fondo más oscuro de la “grieta” existente en la sociedad argentina.
De momento, por respeto a esas familias y a su dolor, preferimos no dar cuenta de ellas. Sí reclamamos que la “investigación seria” de la que habló ayer el presidente realmente lo sea. La gravedad del caso no admite ni una sola “maniobra” que nos aparte de la verdad.
Sergio Vaudagnotto