Se trata de Rubén Ambrosio, quien fue juzgado por hechos de violencia familiar en perjuicio de su pareja y de su suegra. En marzo de 2016 había sido condenado por balear a un bañero de la vecina ciudad, al que luego debieron extirparle un riñón
Un villanovense fue condenado ayer en los Tribunales de Villa María luego que confesara haber amenazado a su concubina y a la madre de la joven durante una violenta discusión ocurrida en el domicilio de la pareja, incidente por el cual dijo estar “arrepentido”.
Rubén Antonio Ambrosio (38) recibió una pena de un año y tres meses de cárcel tras ser declarado autor responsable de “amenazas reiteradas” y “violación de domicilio”, pero como estaba debiendo parte de una sanción dictada en marzo de 2016, se unificaron ambas sentencias y se le impuso una única condena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, con declaración de reincidencia.
El pasado 30 de mayo y por una cuestión de celos desmedidos, mantuvo una fuerte discusión con Brenda Micaela Asselborn, a quien intimidó blandiendo un cuchillo. La joven salió corriendo y se dirigió a la casa de su madre, pero el hombre le dio alcance y amenazó a las dos mujeres, diciéndoles que las iba a matar.
Durante el incidente, Ambrosio ingresó ilegalmente al domicilio de su suegra, por lo que fue denunciado y terminó entre rejas pocos minutos después, sobre todo cuando la Policía se anotició que se trataba de un convicto que estaba gozando de la “libertad condicional”.
En efecto, el 10 de marzo de 2016 este iracundo sujeto fue juzgado y condenado en la Cámara del Crimen local por un hecho de “lesiones graves” que tuvo como víctima a un bañero de Villa Nueva.
El 30 de enero del año anterior, durante una discusión registrada en barrio Las Quintas de la vecina ciudad por la venta de una moto, Ambrosio le disparó a Darío Rossi (35) en la región abdominal y debió ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Pasteur, donde le extirparon un riñón.
Rossi quedó internado en la Unidad de Terapia Intensiva del nosocomio público, en estado crítico y con pronóstico reservado.
En un primer momento, Ambrosio fue acusado como presunto autor de “abuso de arma” y “resistencia a la autoridad” (forcejeó con los policías que lo detuvieron), pero tras la intervención de la Justicia la causa se recaratuló y el agresor fue imputado por el delito de “lesiones graves, calificadas por uso de arma de fuego”.
Cuando llegó a juicio, el irascible villanovense llevaba poco más de 13 meses entre rejas, por lo que, al tratarse de un convicto primario, su abogado defensor solicitó la “libertad condicional”, beneficio excarcelatorio que se le concedió pocos días después.
Ambrosio quedó adeudando más de la mitad de la condena impuesta en aquella oportunidad, razón por la cual en la víspera se unificaron las dos sentencias: la que había dictado el juez Félix Martínez el 10 de marzo de 2016 y la que ayer le impuso su par René Gandarillas.
Ahora, el agresor reincidente deberá completar tres años “a la sombra”, de los cuales ya lleva cumplidos poco más de 19 meses (los 13 meses y medio de la causa anterior y los seis que lleva preso por las amenazas a su pareja y su suegra).
Finalmente, cabe señalar que, además del juez Gandarillas, intervinieron en la audiencia de debate de ayer el fiscal Correccional, Horacio Vázquez; el abogado defensor, Antonio Broggi, y la secretaria Gabriela Sanz.
