
A veces es difícil explicar por qué nuestro pecho ¡se agita y duele, cuando alguien se va sin darnos tiempo a entender, ¡a aceptarlo! Rebeldía, impotencia, enojo sin tener a quién culpar, angustia que quema y… de pronto… como divino bálsamo, afloran recuerdos, fantasías y, ¡por qué no! su alegría, su mejor imagen, aprisionada entre mil, desde el primer: “¡Hola Ligia!”. Nos cala hondo el sentimiento, todo se convierte en torbellino de tristeza y ternura.
Ésta es la vivencia que hoy, nuestra Promo 59, desbordó en una nueva y nostálgica pregunta:
¿Quién es Ligia?
Ella es:
La hermosa y serena adolescente, allá por el 55.
La joven coqueta, soñando con románticos balcones.
Ella es:
La dulce mujer brindando en silencio su alegría,
Una primavera cálida, cada vez que nace el día,
Ella es:
Unos ojos luminosos cual agua de mil mares,
pintando el cielo y la tierra de mil colores.
Ella es:
Maestra en el aula, en el hogar y donde quiera que su vocación la llame
Ella es:
Una opción de no violencia, feliz con su pentagrama:
patín, danza y melodía, es su gran filigrana
Ella es:
Compañera, hermana, esposa, mamá y abuela amante,
la amiga que en cada jugada, todo lo apostó
¡Una personita inolvidable, en cada huella que marcó!
Ella es:
Eternamente cisne, cóndor y golondrina,
Pudo unir lo mío y lo tuyo con lo nuestro
Y hoy… vuela más allá del horizonte
Ella es: ¡Angel y blonda princesa!
Ella es: Ligia Pozzerle.
Ella será para siempre: ¡Nuestra incomparable, Ligia!
Con todo cariño le decimos, a la compañera, a la amiga y colega: “¡Gracias por habernos regalado tu bonhomía, en este largo camino andado!”
Tus siempre compañeros de la Promo 59