Para la Justicia, el sargento acusado de “amenazas calificadas” es inocente. Tras el sobreseimiento, el uniformado pudo volver a trabajar con normalidad
La Justicia villamariense, tras 11 meses de investigación, concluyó que el sargento Martín Sebastián Pereyra es inocente de los delitos por los que se lo investigó.
Los hechos ocurrieron el 12 de enero de este año, cuando se registró un episodio de violencia familiar en la vivienda de la calle Paraguay 2569. Según la acusación, Pereyra habría amenazado con su arma reglamentaria, provista por el Estado, a su hermano y a la madre. Incluso, se informó que la mujer debió ser asistida en la Clínica Fusavim porque sufrió lesiones leves.
A raíz del episodio, la Fiscalía dispuso la detención del uniformado, quien debió pasar unos días tras las rejas.
Ya en libertad, pero casi sin salario (lo pasaron a pasiva, lo que representa percibir el 30% del sueldo) procuró demostrar su inocencia.
Así fue que durante todo el año 2017, presentaron con su abogado, Lucas Altamirano, las pruebas que permitieron al fiscal René Bosio llegar a la conclusión de que si bien hubo una discusión familiar, el sargento no tenía el arma consigo y no amenazó a nadie del entorno.
Fue por eso que el funcionario judicial pidió el sobreseimiento del delito de “amenazas calificadas” por el que estaba acusado a la jueza de Control, quien coincidió con el criterio de Bosio y finalmente, el sobreseimiento quedó firme.
Ahora, que puede volver a trabajar con normalidad, seguirá el trámite en el Tribunal de Conducta donde además podrá reclamar la devolución de los salarios no percibidos.