Escribe: Licenciada Ana Laura Aráoz
Nuestra profesión en la sociedad actual tiene un reconocimiento muy importante; es decir, si pensamos esta profesión hace treinta años vemos un escenario completamente diferente.
Ahora es bueno comenzar aclarando que este nuevo escenario de demandas y de otro reconocimiento va acompañado de nuevas formas de expresiones de cambios sociales en los modos de transitar algunos problemas y conflictos humanos que no son nuevos.
Es decir, atravesamos un momento donde los sujetos se animan a denunciar situaciones que hace tiempo atrás callábamos y legitimábamos desde el silencio, también cambiaron los modos de vincularse de los sujetos tanto en los lazos nucleares como los que le implica la socialización y, por ello, hay más necesidad de expresar lo que le pasa y lo que siente.
Estamos en un momento histórico de profunda transformación sobre varios aspectos que hacen a la construcción de la identidad de los sujetos y las nuevas manifestaciones de relación con los demás, con el otro.
Esto lleva a que, si bien hay mucha consulta a nuestro servicio, los sujetos se acercan con interrogantes como ¿qué hago?, en una clara solicitud de ser escuchado, pero también de consumir recetas. Que otro me diga cómo… que me explique el procedimiento.
A veces tengo la sensación, al trabajar mucho con niños y adolescentes, que los padres de esta época creen que los hijos vienen con un manual de instrucciones y en el primer conflicto aparece la queja.
Es necesario que empecemos a involucrarnos con lo que nos pasa, que seamos responsables de lo que hacemos y decimos, que empecemos a construir una posición más introspectiva y, desde allí, recuperaremos el valor del semejante y, por ello, el respeto al otro que, por estos días, se encuentra socavado.
Es visible que también las personas le demandan al psicólogo para que diga, que oriente, que habilite lo que en otras generaciones hacía la cultura, lo decía la sociedad. Entonces también esta nueva forma de vida donde buscamos prontamente lo cómodo, lo rápido, lo eficaz, hace que perdamos la paciencia.
Nuevas formas de malestar
Al decir del licenciado Néstor Ribotta, en las nuevas formas del malestar podríamos pensar una mutación de los síntomas vinculados a la época. En la actualidad cuando (al menos en occidente) la lógica de los lazos sociales están regulados casi exclusivamente por la lógica mercantil o lo que Jacques Lacan nombró como discurso capitalista, eso lleva a un empuje al consumo, pero no sólo de objetos, sino de ideales de felicidad.
De la época de Sigmund Freud, donde el mismo decía que en el malestar en la cultura la gente ha resignado felicidad por seguridad eso parece seguir siendo actual, aunque la necesidad de seguridad se tornó segregativa y cruel en la actualidad (leer el fenómeno europeo, nuestro rechazo al diferente, migrantes vecinos, etcétera), pero lo que se advierte hoy es un imperativo categórico de ser feliz.
Eso conlleva mucho malestar en los vínculos, por ejemplo. Así, en las denominadas crisis de pareja, familiares, etcétera, muchas veces lo que duele asumir es que no funciona. En cambio, la lógica mercantil empuja a que funcione.
También continúa la proliferación de las categorizaciones y la nominación de los sufrimientos como monosintomáticos y se advierte a los psicólogos corriendo atrás de las categorías con manuales diseñados por las megacorporaciones farmacéuticas en lugar de poner en cuestión ese asunto.
Esto sólo lleva a la patologización, gran malestar que conduce a los sujetos a una posición de desesperación, de certeza que lo aleja de la posibilidad de pensar sobre los síntomas que lo hacen sufrir.
El rol del psicólogo en la actualidad puede estar deslizándose peligrosamente hacia un agente de control social como nunca antes. Eso, que puede ser visto como un progreso en la profesión por la proliferación de profesionales “psi”, yo lo advierto como un signo riesgoso de los lazos sociales que necesitan el lugar de un saber que ponga orden, corrija, adapte, para que el mecanismo compulsivo de consumo y producción siga su ritmo ciego y circular.
Por un lado, es muy auspicioso que los profesionales “psi” ocupemos los espacios en diversos modos de agrupaciones y formas de vinculación donde el profesional tenga algo que interpelar, para que cada quién se ocupe de sí. Pero señalo un deslizamiento riesgoso sobre el control social; quizás ese sea el desafío del Siglo XXI.
BEATRIZ PEROSIO
Memoria e identidad
“Un aula que se llame Beatriz Perosio (foto) hace a la historia de la Psicología argentina”, sostiene Silvia Di Biasi, secretaria de Asuntos Profesionales de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires.
Y, a renglón seguido, fundamenta su expresión con palabras de Kersner cuando dijo: “Como en la célebre novela de Orwell el disidente político es ‘volatilizado’ y el ‘archivo de la historia’ se modifica perversamente, a fin de escatimar la realidad a gusto del represor. No hay víctima, o mejor, nunca la hubo. Y el crimen no existe. O es perfecto. O casi lo fue. Porque, como en la célebre novela, el borrón se produce en el ‘archivo de la historia’ y no en la historia misma”. Por eso Di Biasi sostiene que es necesario que “Perosio sea nombrada, que no sólo tenga una placa, al menos, que la recuerde por eso, por los no, por el ‘no te asustes’, por ‘no haber roto su actitud militante”, por no haberse quedado en su casa esperando capear el temporal, por no haberse apoltronado como dirigente y decir ‘¿qué hay para mí?’. Por no haber cedido”. Perosio no debe ser borrada de la historia, porque “es una psicóloga militante desaparecida durante la dictadura, cuando aún no sabemos quiénes fueron sus captores”, por eso es necesaria recordarla y conocerla, “porque aún no sabemos quién es ‘el francés’ que se mostró particularmente ensañado con ella…”.
Derecho a la salud mental
Por primera vez se realizó en la ciudad de Córdoba una marcha por el Derecho a la Salud Mental, la que tuvo lugar el viernes pasado. Organizaciones, colectivos, movimientos y ciudadanos vinculados a esta problemática se manifestaron para visibilizar que, a cuatro años de aprobadas las leyes de salud mental nacional y provincial, «las acciones efectivas no se condicen con los enormes desafíos que implica una transformación estructural».
«La persistencia de prácticas discriminatorias y manicomiales, la excesiva judicialización de las problemáticas del campo, la psiquiatrización de la pobreza, la ausencia de dispositivos no manicomiales desplegados en la totalidad del territorio provincial, la inexistencia de mecanismos de control autónomos, la carencia de recursos y la vulneración de derechos siguen siendo marcas de nuestro sistema de salud mental a pesar de los nuevos marcos normativos», acusaron por medio de un comunicado los organizadores de la manifestación.
«El encierro como medio terapéutico no es algo en lo que estemos de acuerdo. Por eso esperamos que pueda haber una implementación real de la nueva ley que tienda a generar diferentes tipos de dispositivos», afirmaron desde el Centro de Estudiantes de la Facultad de Psicología.
COLEGIO DE PSICOLOGOS
Objetivos de la Delegación Villa María
El profesional Pablo Sebastián Arriaga es quien preside actualmente la Delegación Villa María del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba, cuya sede está situada en Chile 823, en barrio Almirante Brown.
Son objetivos de la institución que nuclea a los psicólogos de Villa María y la región “estimular el compromiso profesional, la defensa gremial y la atención a las necesidades de la comunidad”, según reza la propuesta de la actual conducción.
Para el logro de estas metas se hace imprescindible, por un lado, “un espacio de acercamiento entre los colegas” y, por otro, del vínculo con la población.
Los profesionales encargados de conducir la Delegación Villa María apuntan a que “la gestión eficaz, el encuentro afectivo y la participación comprometida éticamente” serán las acciones que permitirán construir y sostener el proyecto institucional.
Arriaga, a su vez, está acompañado en la Comisión Directiva por Itatí Fernández, quien tiene a su cargo la Secretaría General; Nadia Quevedo, como tesorera; Patricia Fuente, en calidad de vocal titular y, en condición de suplentes Gabriela Pihen y María Alejandra Secundino.
Por otro lado, son delegados titulares ante la Junta de Gobierno, los psicólogos Ana Palacio y Mauricio Ravinale; mientras que revistan como delegados suplentes Andrea Mariana Aimino y Gustavo Verdú.